Annelisse

Capítulo • 2 • Victoria

¿Zayden?

Volví a limpiar mis ojos solo para asegurarme que estaba estaba viendo correctamente. Se le veía algo desesperado y se movía de un lado a otro con angustia, en ocaciones halaba su pelo hacia tras y movía sus manos.

¿Qué demonios hace aquí? ¿No debería estar en cualquier otro lugar recluido?

Un escalofrío me recorrió la espalda, su presencia me incomodaba. Su mirada era muy penetrarte, sus ojos azules como el agua y su oscuro cabello negro eran la combinación perfecta para incomodar a quien se cruzaba en frente. Pero había algo más en su mirada, no era solo el color, era, era maldad.

Intenté levantarme silenciosamente, tomé mi mochila pero cuando volví a dirigirle la mirada él ya estaba observándome fijamente como un lobo mira a su presa. Mi cuerpo se congeló por unos segundos y no pude moverme. En mi cabeza una voz que gritaba «corre» retumbaba pero mis articulaciones no respondían.

¿Y si me escuchó hablar mal de su hermana?

«Victoria corre»

Ahí seguía yo mirándolo sin poder moverme. Pronto empezó a caminar hacia mi, cuando me di cuenta mi pulmones exigían aire, no me había percatado de que había dejado de respirar ya ni se por cuanto tiempo. Pude desbloquear mis piernas y reaccionar justo a tiempo antes de que se pudiera acercar más a mi.

Llegué al salón de clase agitada, la profesora Landeros detuvo su explicación para seguirme con la mirada.

—Buenas noches Victoria. —reaccionó con sarcasmo al ver lo tarde que había llegado.

La miré desorbitada mientras me sentaba junto a Noel, hubo in silencio muy incomodo mientras todos me miraban y la profesora esperaba una respuesta, pero ahí estaba yo, parecía un pescado fuera del agua con la boca abierta y el cerebro desconectado con la mirada de todos encima.

Noel me golpeó con su brazo el codo con suavidad para traerme de nuevo a tierra.

—Buenas noches.

Todos rieron aluminoso.

—Victoria quédate después de la clase. —Respiró profundo y siguió con la explicación de las mitocondrias.

Intenté desentenderme de la situación, mientras sacaba los cuadernos de mi mochila y acomodaba mi cabello.

—¿Qué te ha pasado?

—¿Por qué preguntas?

—Tienes el cabello todo despeinado. —Levantó su mano para quitarme una hoja que traía en mi cabello. —Tus pantalones están sucios y no estas en esta dimensión. —Rió.

—No sabes lo que me pasó. —Susurré. —He visto a Zayden Richardson en el bosque.

—¿Qué? Pero él está... —carraspeo la voz—. No está.

—Exacto.

—¡Victoria! — Me volvió a regañar la miss.

Acabada la clase y cuando todos los estudiantes habían salido del salón me quedé con la profesora.

—Sabes que una llegada tardía después de 15 minutos es una ausencia ¿verdad?

—Lo sé, lo siento mucho, tuve un incidente.

—Sé lo que pasó en la entrada hoy, Victoria si estas sufriendo de bullying dímelo, sabes que es un tema muy delicado y en esta institución nos lo tomamos muy en serio.

—¿Bullying? No. —dije insultada por el comentario. —Esas son palabras mayores señorita Landeros, yo... yo estoy bien, solo fue incidente aislado.