Como cada lunes, lo primero que hacían los empleados de Promociones Multimedia era ponerse al corriente de sus respectivos fines de semana. Naruto Uzumaki solo intercambió con ellos un breve saludo en su camino al despacho. De cerca, lo seguía Shikamaru Nara, su socio y amigo. En el momento en que se cerró la puerta, soltó toda la furia contenida. Shikamaru era la única persona que podía entenderlo.
-¿Sabes qué me dijo Hinata el sábado cuando la llamé para cancelar una cita por enésima vez?-explotó Naruto.
-Sin lugar a dudas, algo para cortar contigo-le contestó la voz de la experiencia.
Naruto sonrió al recordar que Shikamaru acababa de romper con la mujer con la que había estado conviviendo.
-Me dijo que lo único que yo quería era tener una muñeca a mi disposición para cuando me apeteciera jugar con ella.
-No suena mal, una muñeca nunca se pelearía contigo.
-Mejor aún sería si fuera un hada de cuento.
-Sí. Hermosa, con estilo, el pelo largo, los ojos grandes, una sonrisa capaz de derretir el corazón de cualquier hombre...
-...y con una varita mágica para darme energía. En la situación en que me encuentro decepcionaría hasta a una muñeca. Shikamaru, tenemos que hablar seriamente.
-¿Sobre mujeres? -preguntó con ironía.
-Sobre negocios -le contestó Naruto con una mirada furiosa, mientras rodeaba su mesa y se desplomaba en su sillón-. Siéntate y borra esa estúpida sonrisa de la cara. Te estoy hablando en serio.
-De acuerdo -susurró Shikamaru conteniendo la risa mientras se sentaba.
Naruto no estaba de humor. Era una persona bastante seria, un genio creativo y experto en ordenadores. Y aunque a veces necesitaba que lo animaran un poco, aquel no era el momento, decidió Shikamaru.
Los dos amigos eran bastante diferentes. Nick era alto, tenía el pelo rubio, los ojos azules y su cara y su cuerpo llevaban el sello de la masculinidad. Shikamaru no era tan atractivo, sin embargo, nunca se sintió acomplejado porque poseía el don de la palabra y con ella conquistaba a todas las mujeres.
-¡A los negocios! -dijo Naruto golpeando el escritorio con el índice para poner énfasis-. Ya sabes cómo ha despegado el tema de Internet. Me está desbordando. Vamos a necesitar dos nuevos diseñadores gráficos para sacar el trabajo adelante.
-Eso significa que nuestros beneficios se verán mermados -advirtió Shikamaru.
-No importa. Necesito tener una vida propia-contestó cortante.
-¿Solo porque a Hinata le haya dado una pataleta por no tenerte en exclusiva? Ella no es tu dueña y escúchame...
-Siempre te escucho, Shikamaru. Eres un vendedor fantástico y nos va fenomenal, pero no pienso seguir trabajando a este ritmo.
-¡De acuerdo! ¡De acuerdo! -dijo levantando las manos-. Mientras seas tú el que habla y no Hinata... Siempre dijiste que trabajaríamos duramente hasta los treinta años.
-Te recuerdo que voy a cumplirlos la semana que viene. Además ya nos embolsamos unos cinco millones de dólares cada uno el año pasado.
-Y este año podría ser el doble.
-Tú ya has pagado un precio muy alto. Perdiste a Temari.
-¡Ya estamos! ¡De vuelta con las mujeres!
-Mira, Shika, quiero una vida independiente del trabajo. Ya estoy harto. Necesito más empleados.
-De acuerdo. Tú ganas. Te buscaré a alguien bueno.