Seúl de noche, frío y oscuro como tu corazón, me tomas de la mano, me miras y me calientas, me quitas el frío, eres mi manta polar y caliente. Mi querido JB, llévame a tu cuarto, enséñame tus virtudes y tus fantasías, hazme tuyo como si fuera la única persona en el mundo. Me desnudas poco a poco, desabrochando la camisa, pellizcando mis pezones volviéndolos duros y me encanta, me besas mi frente y te deslizas sobre mi boca, metes tu lengua y me enciendes. Continua, sigue, sigue, NO PARES. Continuas hacia mis pezones, mirándome en intervalos de besos y lamidas mientras sigues bajando hacia mi abdomen. Desabrochas lentamente mi jean, ese jean roto y viejo que tanto se que te gusta, abres mi bóxer y mi pene duro choca contra tu cara, te sorprendes por el tamaño, me sonríes y te lo metes sin dudarlo. Haces maravillas con tu boca, no conocía esta parte de ti, esta gran virtud, siento que me voy a correr, pero quiero que sigas, me lo comes como si fuera un helado que se derrite con rapidez. De pronto te detienes, me mandas, soy tuyo, soy tu esclavo, ahora es mi turno. Soy mas salvaje que tu, me enojo y te empujo hacia la pared encerrándote con mi cuerpo, besando tus labios mojados y bajando hacia tu abdomen para luego quitarte el pantalón, arrancar este obstáculo que me impide llegar a tu pene, duro y lindo. Cierro mis ojos y empiezo lo mio. Gimes, gritas de placer, me pides que pare, pero yo hago caso omiso. Te corres en mi boca y yo me enojo. Te doy vuelta y eres mio, te penetro fuertemente, sintiendo tu carne sobre mi, no puedo, me excito demasiado. Me pides mas, pero yo no puedo, siento que me corro...