(Única parte)

1.7K 86 22
                                    

Estábamos sentados en la sala, impacientes, unos hablando entre si, otros durmiéndose y yo, arto de la espera. Entonces la puerta se abrió y él y tu aparecieron. No paraba de mirarte, de mirarlos. Te veías tan hermosa y delicada que parecías un ángel.

En cambio yo parecía estar desinteresado como siempre, aun que por dentro una y mil sensaciones se encontraban en mi interior, y lo peor es que no sabía por que.

Me había dolido.

Decidí olvidarlo y seguir adelante, me encerré en mis pensamientos y emociones, me aleje de todos, menos del alcohol.

¿Funciono?

Claro, no como esperaba pero lo hizo.

A Jimin no le pareció mi nuevo estilo de vida, decía que me vendría enfermando si seguía así y ni hablar de los demás. Me importo un carajo y los ignore.

Entonces apareciste al siguiente día en la puerta de mi casa con el seño fruncido y las manos sobre la cadera, estabas enojada. Me sorprendí. No por tu expresión, si no por tu presencia.

Habías venido asía mi.

Me regañaste y exigiste que dejara de beber y fumar como una madre a su hijo de 12 años tratando de quitarle su adicción a los videojuegos. Me pareció bobo, pero al final acabe aceptando.

Llevaba 3 semanas sobrio y para mi era un infierno, por lo menos, cunado tu no estabas. Te la pasabas vigilándome junto a jimin y Jungkook cada ves que ibas a casa, y cada que buscaba una gota de alcohol solo encontraba agua o jugos.

Que mierda?

Mi cama era el único lugar en el que permanecía, en el único lugar que soportaba estar y a pesar de mis negaciones al salir de allí, tu te arriesgaste o mas bien, me obligaste a acompañarte a un maldito recital de piano No entendía por que querías que yo te acompañara, tenias a Jimin, Jungkook e incluso a Taehyung para que lo hicieran. Pero me avía gustado y a la ves me asustaba.

Te diste cuenta de mi emoción durante el recital y por mas que lo ocultara y negara, al final de una semana lo había aceptado, perdí. Te reíste y me preguntaste si me gustaría aprender, en cambio yo, no dije nada y me voltee asía otro lugar para ocultar mi pena.

Me sentí como el primer día en el que nos conocimos, tu me habías pillando intentando tocar el piano de la escuela. Para ese entonces no eras de el.

Dos días después me pediste que te acompañara a un lugar, no me dijiste donde, pero lo hice, te acompañe.

Exigiste que me sentara a tu lado sin protesta alguna, pero me negué.

"Min Yoon Gi"

Pronunciaste mi nombre completo con los ojos serrados y con un tono calmado pero amenazador.

Joder, como me gustaba escuchar mi nombre proviniendo de ti.

Minutos después me rendí y me senté a tu lado. Parecía un niño regañado la mayoría del tiempo a tu lado, no me molestaba, me gustaba, por que eso significaba que te importaba.

Me explicaste la función de cada tecla e incluso para animarme a intentarlo, tocaste un poco para mi, era una melodía sencilla, corta y hermosa, y al terminar volteaste, sonreíste y dijiste que era mi turno.

Permanecí con la vista puesta en las teclas, tratando de recordar cual presionar primero y cuales después, pero incluso viendo, era difícil. Te diste cuenta y entonces tomaste mis manos, separaste mis dedos y los posicionaste en lados contrarios, sin dejar estos, presionaste cada tecla.

Me sentí mas relajado, en armonía, contigo, conmigo.

Semanas después avía mejorado, gracias a ti, todo estaba mucho mejor. Esta ves fui yo quien te llevo a nuestro lugar de siempre. Estabas tan hermosa como de costumbre, con esa sonrisa radiante de todos los días. Entonces me anime a mi mismo.

Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora