Chapter 11: La memoria

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7 de junio del 2005.

Estas sentado en un banco de una plazoleta. Llevas las manos unidas y la mirada clavada en la hierba. Seguro que, cuando levantas la cabeza, te encuentras con miles de personas caminando de un lado al otro. El barrio de Villa del Parque es tranquilo a esa hora de la mañana. Hombres que corren alrededor, mejorando su estado físico. Mujeres que andan en bicicleta y otras que caminan con bolsas de la compra. Jovenes universitarias, riendo en grupo, llevando sus carpetas en mano. Niños pequeños, con delantal azul y rosa a cuadritos, que cruzan la calle corriendo (luego de obtener el sí por parte de sus padres) hacia la plaza. El tobogán, la hamaca y el sube-baja los espera. Y sonries porque recordas que, en ese mismo instante, Josefina (porque Jade está trabajando) pasa a buscar a Juan a la guardería. Tu hijo lleva sus tres gloriosos años y los disfruta muchísimo. Es el consentido de todos.

Escuchas que te nombran y te encuentras con Roberta, tu abuela paterna. Le sonríes y te levantas para engancharte de su brazo y caminar juntos. Pregunta por tu estado, por el de tu novia y el de tu hijo. Roberta lleva el don de preocuparse por todos. Ayuda con lo poco que puede y lo que tiene. Nunca te cansaras de agradecerle las veces que se quedó cuidando a Juan cuando ninguno de vosotros podía. Roberta siempre está con los brazos abiertos para recibir buenas y malas noticias. A ella la llamaste cuando, por fin, te decidiste a querer visitar la casa de tus padres. Ella prometió acompañarte y ahora está ahí, contigo.

-Es aquí -frenais delante de una pequeña casa, con un jardín delantero. Debeis abrir la puerta de rejas para poder pasar. Tienes claro que está abandonada. Que jamás la quisieron poner en venta porque tenían el poder de convicción de que encontrarían a su ansiado nieto y le dejarían ese techo para él. Aquí estas tú y éste es tu regalo. La puerta de madera lleva una mirilla. Hay una ventana de cada lado. Suspiras y das el inicio para que tu abuela abra. Lo hace y entras.

El salón está ocupado por un pequeño sofá y cuatro sillones, en color blanco con almohadones de colores. Según Roberta, tu mamá era una apasionada de la costura. Ella misma los había hecho. Después estaba la televisión de los años '70. Y los muebles antiguos, también de aquella época, con cuadros de fotos sobre ellos. Te acercas y sonreíste al agarrar un cuadro donde tu mamá y tu papá sonríen a la cámara, haciendo gestos extraños. Después conoces la cocina, que es poco amplia pero grande para cuatro personas. Hay un poco de pelusa, pero no es lo que te importa. El pasillo medio oscuro, dirige hacia las habitaciones. Roberta se posiciona en la que era la de su hijo y su nuera. Te asomas un poco y la cama para dos, sigue intacta. También los cuadros y señalas que a tu papá le encantaba la fotografía. Tu abuela te da la razón.

-Y éste iba a ser tu cuarto -lo dice despacio, como para que lo asimiles mejor.

Y cuando ingresas, sonríes por inercia. Las cuatro paredes, llevan el color celeste bebé. Tu cama está en mitad de la habitación, el respaldo apoyado contra la pared, y miles de juguetes por doquier. Un armario enorme, enfrente, y una televisión pequeña para que puedas ver los dibujos tranquilo. La ventana, con cortinas azules, deja entrar el sol de ese mediodía por lo que está bastante iluminado. Te sientas sobre la cama y lo ves todo desde ahí. Hasta que tu abuela se agacha para buscar una caja que está en el primer estante del armario. La coloca frente a ti y la miras. Ella levanta un hombro dando indicio a que todo queda en tus manos. Bajas la mirada hacia la caja, forrada con papel verde y varios colores con marcadores. Y levantas la tapa para saber que hay allí dentro. Entonces sacas las fotos, en blanco y negro, de tu mamá embarazada. De tu papá besando esa tripa. De los dos disfrutando aquel nuevo integrante que llegaría. Te encuentras con un muñeco que, supuestamente, sería el preferido tuyo. Agarras los baberos celestes y sonreís con lágrimas acumuladas en los ojos. Todo hasta que encuentras un papel en blanco, que lleva escrito lo siguiente:

Incógnita | Jarry | {Adaptación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora