27 de Abril
Hace ya cuatro días que revuelvo a casa gritando:
- ¿Hay carta para mí?
Y la respuesta es:
- No.
Invariablemente.
Yo sin embargo debería saber que el Correo no hace milagros. Escribí mi carta el 23, fue enviada el 24. Debió haber llegado el 25, en el mejor de los casos, o el 26. ¡Ciento setenta y ocho kilómetros, tampoco es el otro extremo del mundo!
Si Laura me contestó a vuelta de correo, su carta habría debido llegar hoy... si todo anduvo bien.
Hummm... eso da dos "si".
30 de Abril
No lo puedo creer. Nada de nada.
3 de Mayo
Una de dos: o mi carta se perdió o Laura o quiere contestarme.
4 de Mayo
¡Qué idiota! La verdad es que debe costar encontrar a uno peor yo: ¡me olvidé de poner mi dirección! ¡Claro que no podía contestarme!Por supuesto, podría haber buscado en Internet, pero tal vez no tenga y, además, tampoco hay que pedir demasiado.
Le envié otra carta.
Laura:
Me acabo de dar cuenta de que, en mi primera carta, me olvidé de poner mi dirección. Aquí la tienes.
Espero que me contestes y que andes bien.
Jeremías
¡Trabajo hecho!
10 de Mayo
- ¿Hay carta para mí?
- Una carta. Encima de la mesa.
No lo podía creer. Agarré el sobre y subí a encerrarme en mi cuarto. Lo di vuelta con cuidado entre mis dedos. Deseaba con todas mis fuerzas que fuera de Laura. La letra en el sobre me decía que sí, pero bueno... nunca se puede estar seguro de nada. Por otra parte, ¿quién más me habría podido escribir? Nunca recibo cartas, salvo para las fiestas. Intenté descifrar el sello del Correo: ilegible. En el reverso del sobre, ninguna inscripción. Demoré todo lo que pude el momento de abrirlo.
Sin embargo, tenía apuro por conocer su contenido;pero mientras no tocara la carta, me podía imaginar lo que fuera. A fin de cuentas, solo me quedó una cosa por hacer: abrir el sobre.
En su interior había una hoja plegada en dos.la desdoblé. Era de un lindo amarillo primaveral, con una guarda de flores en la parte inferior. De inmediato reconocí la letra pequeña, redonda y prolija, y la tinta violeta, y mi corazón se puso a latir más rápido. El texto era breve:
Jeremías:
Sí, recibí tu carta.No te quería contestar. Por otra parte, como no tenía tu dirección, era muy sencillo. Cuando recibí tu segunda carta, decidí escribirte para decirte que no me escribas más.
LAURA
Bien, ahí estaba, era clara y concisa.
11 de Mayo
Esta noche en la cena,por primera vez,Lucía dijo algo curiosamente interesante. Dijo (después de un largo discurso que no escuché mucho,en fin, para resumirlo, tenía relación con algo que ella acababa de explicar): "Cuando alguien le dice a uno que no quiere que haga algo, en realidad es porque tiene muchas ganas de que uno lo haga".
Esa frase me hizo clic en la cabeza: si Laura se toma el trabajo de escribirme para decirme que no quiere que le escriba, es porque tiene ganas de que le escriba. Lógico. Sino, ¡directamente no me habría escrito!
En cuanto estuve en mi cuarto, volví a agarrar la birome.
Laura:
¡No puedes impedirme que te escriba! Si, ya lo sé,me quedé con tu agenda y no debía hacerlo, pero no sabía que era tuya. Si, es verdad, la leí. Al principio, apenas la hojeé. Pero después, cuando vi la cantidad de mensajes que había, me sentí... celoso. La mía no se le parece para nada. No hay tanta gente que me escriba y tampoco es tan linda, tal vez porque soy un varón. ¡Tu agenda da ganas de leerla! Y no estoy arrepentido de haberlo hecho.
En cambio, hay algo que lamento y es no haber escrito nada. Así que quiero reparar ese olvido. En este sobre vas a encontrar un mensaje plegado. La parte pintada de rojo es para pegar en una página de tu agenda. Cuando lo hayas hecho, puedes desdoblarlo para leer lo que tiene dentro.
Jeremías
Tomé una hoja y en el centro escribí:
Las frases en violeta, ¿Eran tuyas?
Doblé la hoja en ocho y pinté uno de los lados de rojo. En el costado opuesto escribí,esmerándome con la caligrafía: Una pregunta para Laura.
Después preparé mi carta.
14 de Mayo
¡Cómo tarda el correo, cómo tarda!
17 de Mayo
¡Tengo una carta! Muy breve.
SÍ.
Por el precio de la estampilla, termina siendo una palabra muy cara...
¿Y ahora qué hago? No es bueno hacer semejantes preguntas.
Empecé una nueva carta:
¿Es verdad que tu mamá se murió?
No encontré nada más que agregar.
¿Realmente vale la pena enviar una carta solo por una frase?
22 de Mayo
Respuesta de Laura.
Es verdad.
Dos palabras. ¡Ya está mucho mejor!
Laura:
Soy yo devuelta, Jeremías. Sabes, nadie sabía nada. ¿Por qué no nos dijiste nada? Creíamos...
26 de Mayo
Respuesta de Laura
¿Creíamos qué? Yo aprendí que no hay que creerle a nadie.
¡Páfate! Yo me lo busqué. Lo único que me queda es volver a agarrar mi birome.
Laura:
No digas eso. No se puede vivir sin creer en nada. No tienes más a tu mamá, pero tienes a otras personas a tu alrededor, ¿no?¿Tu papá? ¿Hermanos y hermanas? ¿Una familia? Amigos...
Hubiera querido agregar: "Me tienes a mí", pero no me animé. No estoy dotado para esa clase de declaración.
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El misterio de la agenda
Teen FictionAlguien perdió una agenda personal, llena de secretos, y quién la encuentra intentará descifrar el misterio de su dueña. Una historia con intrigas, sueños, amor, dolor, humor y un final inesperado...