Una idea de ti

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Este texto lo escribí hace tiempo. Por un amor que no ha muerto, pues nunca vivió. Lo escribí para una mujer que alguna vez encontré en la calle pero jamás volví a ver (creo que ha todos nos ha pasado); espero les guste.

En el aura sin vida de tus ojos crepusculares me encuentro solo. ¿Quién eres? Me pregunto mientras tu sonrisa invade mi cuerpo. ¿De dónde vienes? Trata de descifrar mi alma.

Ese caminar celestial inunda mis arterias de emoción, intriga, deseo, y de esto, esto que no estoy seguro si es amor.

¿En donde es que nace tu belleza? ¿En el aroma de un roble? ¿En el color de un pétalo? ¿En los labios de un Dios?. Etérea mujer que compone con la mirada poemas oscuros, que con su cintura clama la muerte de los mortales, con una voz tenue, con una piel tersa, con unas manos finas y un alma eterna.

Ninguna metáfora existente puede describir la magia de tu pelo, ese arco perfecto y sensual en tus pies, y la morfología intacta del escote en tu espalda; ni siquiera yo, que soy el rey de las metáforas puedo ser capaz de comparar tu piel. Eres un ente desconocido, un alma nueva, una mente pura.

Con el mover de tu cuello parece que el tiempo se escapase ferozmente de los relojes, como si el tiempo no supiera qué hacer, como si quisiera colapsar y a la vez ser eterno, como si no fuese digno de tu belleza, y es que así lo es. Nadie es digno de tu belleza.

Quiero que me leas, quiero que me destruyas, que me revivas y que me hundas en nuevos mundos, en auras nuevos, en tu pelo, en tus manos, en tus pómulos filosos y en tus senos, en tus ojos, en tus dientes e incluso en tus hombros.

Jugar a ser inmortal junto a ti, y despojarte de esta efímera visión a la cuál llamamos vida.

La Poesía De Mis ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora