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I feel you near



Las viejas leyendas dicen, que cuando un ángel cae del cielo; sucede una tragedia.

Una vez que el ángel es atrapado en su delito es rápidamente juzgado, cuando eso acaba, se puede escuchar mediante truenos los gritos y exclamaciones de dolor. Porque, cuando un ángel es encontrado culpable; se le deben arrancar las alas. Quitándole el velo para que pudiera ver la realidad del mundo de los humanos: tan sádica y cruel.

Un ángel caído ya no es nada, cada vez que usa uno de sus poderes su vida se consume como el fuego al papel hasta convertirlo en ceniza. Entonces, ese ser que ya no es un ángel, pero tampoco un humano, sólo un caído. Necesita algo, necesita un alma, no cualquier alma, necesita que esa alma se entregue totalmente hacia él, sin dudar ni rechistar.

Con eso, el ángel caído, no volvería al paraíso. Ese ángel le entregaría esa alma al Demonio para volverse uno de los suyos. Un trato justo. Sin embargo, los cielos siguen llorando por perder uno de los suyos. Tirando gotas de aguas con ira y fuerza al enterarse del tratado pactado con el enemigo.


Y obviamente, KyungSoo, no cree en todo que le está chachareando su amigo Xiumin. Rola los ojos al notar que no sólo es XiuMin quién está interesado en ese libro, oh no, también se agrega Lay a la lista. No es que sea escéptico, pero es un hombre que necesita velar más por sus estudios que por caídos que ni siquiera sabían de su existencia. Así que opta por algo más simple; coger su café y sus libros para salir de la biblioteca.

El año se estaba poniendo pesado al terminar ciclo, pero no era algo que molestara mucho a KyungSoo. Tenía que ir a ver al desgarbado de su compañero de piso; LuHan, rogaba internamente porque no hubiera hecho algún daño muy grave al departamento. La última vez habían tenido que llamar al gasfitero, debido a que LuHan había dejado caer una cuchara -a saber cómo- en la tubería.

Una vez estuvo fuera de la biblioteca, se acomodó la capucha, estaba lloviendo verazmente comenzando a mojar el cuerpo de KyungSoo. Igualmente una lluvia, más parecida tormenta, no le iba a detener en lo absoluto. Sólo siguió su camino, sin fijarse en nadie. Estaba más ocupado en proteger con su casaca sus libros, esas cosas le habían costado mucho para que sus hojas se dañaran -además de sus apuntes, sin ellos estaría perdido en los exámenes-.

El pensar en sus exámenes le estaba estresando, no sabía por qué, pero tenía un mal presentimiento, por eso un día anterior había estado revisando sus notas para ver si alguna le iba a dar problemas. Y él que le daba problemas, en realidad, era LuHan, era todo lo contrario a KyungSoo; mientras él buscaba la calma y paz, su compañero estaba más ocupado en mirar películas hasta pasada la una de la madrugada. Chasqueó la lengua al recordar como lo había obligado a mirar una comedia romántica.

Aún así, había algo raro ese día, no sabía si era por la ventisca que corría después de una tormenta, pero algo le estaba helando su cuello, para ser más exactos; como si algo estuviera respirando detrás de su nuca. Eso que pensaba, que debido al frío, ya había perdido parte sus sentidos, podía notar sus dedos entumecidos. No obstante, lo sentía con claridad.

Su ceño se frunció, no tenía tiempo que perder, y bruscamente volteó el rostro, imaginándose que se encontraría con alguien -o quizá uno de sus amigos- jugándole una broma. 

No había nadie a su alrededor.

Nadie

Sus cejas se arrugaran. Bien, ahora se sentía estúpido como histérico por haber hecho eso. De verdad, tenía mejores cosas que estar perdiendo su tiempo en sensaciones 'bobas'. Además, tenía que buscarse abrigo, sus ropas estaban adhiriéndose a su cuerpo como una segunda piel, debido a la humedad que éstas poseían, haciéndolo tiritar de vez en vez.

Deep Breath; KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora