Capítulo 11

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Drew

Cuando comencé a ser bueno con Alice, todos me miraban como si fuera un bicho raro y era fastidioso. Pero me lo merecía. Por culpa mía y de algunas admiradoras alocadas que tenía, la vida de Alice se había visto perjudicada, yo no lo sabía del todo, pero en cuanto lo supe me sentí muy mal. Yo había dejado que vieran a Alice como a una rara cuando ella solo hacia lo que podía para que no la molestaran.

Tuve que tener una conversación muy seria con aquellas niñitas tontas que molestaban a mi hermanastra. Fueron muy obstinadas, pero en cuanto se dieron cuenta que yo no iba a ser aquel dulce y encantador hombre que ellas creían que era retrocedieron. Aceptaron no meterse más con Alice. Y poco tendrían ocasión de hacerlo, ya que Alice se pasaba la mayor parte del tiempo viajando y muy pocas veces al año nos visitaba. Creo que eso hizo más fácil para mi acostumbrarme a la idea de hablarle como a cualquier otra persona.

Se sentía su ausencia en la casa, tal vez por eso termine saliendo seriamente con Lauren y llevándola bastante seguido a la mansión. Ella era de mi grupo habitual de amigos, llevábamos años acostándonos ocasionalmente y teniendo salidas a solas. A Nana le agradaba, y como no hacerlo, Lauren era diferente a cualquier otra chica con la que hubiera salido. Ella era simpática, inteligente, audaz y muy, muy hermosa. La primera de todas las chicas con las que salí con la que pude tener debates académicos y discusiones complicadas que siempre terminaban en besos furiosos y apasionados. La química y la atracción eran increíbles, mejor que nunca.

La conocía desde la escuela y jamás se me había ocurrido que ella fuera a ser la chica con la que tendría la relación más larga hasta el momento. Fue como si hubiera estado suspendido en un extraño sueño y cuando me desperté me di cuenta que ya llevábamos dos años saliendo. Y no lo podía creer. Pero ya tenía veinticinco años, y las relaciones ocasionales debían terminar. Ya no era un niño.

— Estas equivocado —me dijo Lauren con una enorme sonrisa.

— No lo estoy —la contradije.

— Si, estas mal.

— No.

— Acepta que tengo razón, Drew —pidió ella con una sonrisa engreída. — Cuando vuelvas a leerlo te darás cuenta.

— Mientras tanto no te daré la razón por más que ruegues de rodillas —declare con una sonrisa.

Ella se mordió el labio inferior y se acercó a mí para besarme. Enredé mis dedos en sus mechones rubios y la sostuve cerca de mis labios, sin darle oportunidad de alejarse.

— ¿En serio no cambiaras de parecer, aunque me arrodille? —murmuro contra mis labios de forma seductora. Capte completamente el doble sentido y necesite mucho de mí para no hacerla mía justo allí en el jardín.

— No me provoques —dije antes de morderle el labio.

— Entonces tu tampoco lo hagas, cariño —contraataco antes de morderme el labio. — Viene tu abuela.

Ella volvió a sentarse derecha y con la vista en el jardín, como si nada hubiera pasado, claro que la hinchazón de sus labios no decía exactamente eso. Me volví para observar mi rostro en el cristal de la ventana para descubrir, tal y como sospechaba, que había marcas de labial alrededor de mi boca. Saque el pañuelo de mi bolsillo y Lauren se ofreció para limpiarme.

— Que bello día, ¿cierto? —comento Nana. — ¿Puedo? —pregunto señalando uno de los sillones de jardín.

— Por supuesto, siéntese —le dijo Lauren muy cortes. — No me entere como le está yendo a Alice en el viaje con sus amigos, ¿se está divirtiendo?

[E] Kiss Me Like Nobody's Watching (Saga: Out Of The Woods)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora