Una vez más se dirigió a la panadería, en el último mes la habían llamado a trabajar casi todas las mañanas.
Apenas llegó le pidió a la cajera que le guardara la bolsa que contenía el buzo. Antes de salir de su casa, había decidido volver a intentar recuperar su celular.
"Después de todo a la tarde no trabajo..." trató de infundirse algo de valentía... Respiró profundo y comenzó su día. A medida que las horas avanzaban, el cuerpo de Laura se sentía más pesado y repentinos escalofríos hacían acto de presencia. La última hora se le hizo interminable sentía el cuerpo helado y sus ojos ardiendo, y aunque trató de evitarlo a toda costa, terminó poniéndose el buzo que pretendía devolver.
Finalmente llegó su hora de salida. Parada en la puerta Laura todavía quería ir a buscar su celular, pero su cuerpo no cooperaba en el asunto.
Terca, siempre había sido una mujer obstinada y en ese momento lo estaba demostrando en total plenitud con cada paso que la acercaba a esa casa...
Al cruzar en la esquina, según su borrosa vista, ya podía distinguirla pero, inexplicablemente, con cada paso, la casa parecía alejarse un metro mas.
Sin embargo, continuo persiguiendo a esa construcción traviesa, hasta que chocó de lleno contra la espalda de alguien.
-¿otra vez?- preguntó esa voz desconocidamente familiar.
Pero Laura ya no pudo contestar, ni ver, ni siquiera sentir como era cargada por dos fuertes brazos.Horas más tarde abrió los ojos sintiendo que la cabeza iba a explotarle.
"¿Dónde estoy? No me digas que otra vez..."
Si; efectivamente estaba una vez más en ese cuarto abarrotado de peluches. A su lado había un papel que según pudo distinguir decía:
《cámbiate》
Se deshizo del capullo de toallas y frazadas que la aprisionaban, comprobando que la mayor parte de su ropa estaba húmeda. Por lo que son rechistar, pego su espalda a la puerta para asegurarse que nadie entrara y la viese medio desnuda, y se puso la ropa que estaba debajo de la nota.
Todo le quedaba grande pero no podía ponerse exigente en su situación.
Recorrió el corto pasillo y se sorprendió de no encontrar a nadie en la sala. Siguió caminando hasta encontrarse frente a un chico que hacía ruido en la cocina.
-Hola...-intento llamar su atención si asustarlo, cosa que no funcionó, a juzgar por el salto que dio Yugyeom al escucharla.
-¿Cómo te sentís?-preguntó con una tímida sonrisa -Toma asiento. Estaba preparando un te.
Por lo general, Laura no aceptaba nada en casa de desconocidos pero le pareció que seria ya demasiada descortesía de su parte el negarse. Así que asintió en silencio.
Los primeros momentos fueron un poco incómodos para ambos ya que no sabían que decir.
-El paquete de anoche... ¿fuiste vos...?- se animó a preguntar Yugyeom.
-Si....- Respondió Laura con la vista fija en la tasa frente a ella.
-No te sientas en deuda. No hace falta que nos regales nada...- Sonrió alegre el más joven del grupo -Estuvimos trabajando hasta tarde ayer, pero nos hizo feliz el ver el paquete frente a nuestra puerta. Estaban muy ricas...No sabía como responderle, quedaba muy mal que le dijera que no tenía idea de lo que había en ese envoltorio. Por lo que sólo le devolvió la sonrisa e hizo un trago de te.
El líquido caliente y agrio le hizo hacer una cara un tanto graciosa, pero no se dio cuenta hasta que la risa contagiosa de Yugyeom la sorprendió. Al final terminaron riendo los dos, dejando atrás la tensión inicial.
Desde ese punto en adelante se desarrolló una conversación amena entre los dos.
-Lau ¿Hace cuanto que estas en Corea?
-Casi un año...-respondió ella , luchando por terminar ese nefasto líquido.
-Es de limón. Es casi milagroso con los resfriados...-comentó divertido el mientras veía como fruncía los labios con cada trago.
-Eso espero...-rezongó Laura sacando otra risa del chico.
En eso, escucharon ruidos provenientes de la puerta de entrada.
El joven cortó la risa y salió disparando hacia la habitación arrastrando a Laura en el proceso.
-¿Qué sucede?- le pregunto un poco asustada.
-Nada, sólo quédate acá y no hagas ruido. Ya vengo.- diciendo esto Yugyeom cerró la puerta dejándola confundida y un poco asustada.
Laura quería volver a su casa pero no podía salir hasta que Yugyeom volviera. Intentó escuchar pegando su oído a la puerta, pero no lograba entender lo que esas voces decían. No habian pasado ni veinte minutos y Laura empezo a sentir que el cuarto estaba cada vez más frío, los escalofríos volvian a jugar con su cuerpo, asique corrió a envolverse entre las frazadas. Cuando el calor comenzó a cubrirla, se durmió.//
-¿Ya estas mejor?- preguntó Junior al menor, extrañado de verlo parado en medio de la sala de estar.
-Si...- respondió algo nervioso -¿Vienen solos?-
-Si. Hay varias cosas que hacer, asique nos dejaron en la puerta y se volvieron al estudio- fue el turno de Jb de responder-¿Seguro que estas mejor? Te veo raro...-¿Por qué hay dos tasas de te a medio tomar?-habló Youngjae.
Inmediatamente todos los mayores miraron al menor. Por alguna razón Yugyeom se sintió como un pequeño que fue descubierto al romper un jarrón valioso.
-Bueno, vamos chicos nos sentemos todos así nos cuenta que pasó- intervino Jackson sentándose en el sofá seguido de Mark y JB, que no despegaba los ojos del menor.
BamBam, Junior y Youngjae se quedaron parados detrás del asiento del líder.
-Ella...volvió- soltó Yugyeom sabiendo que sus compañeros entendían a la perfección de quien hablaba.
-¿Y la hiciste pasar? Ese te...- Junior dejo la frase a medias, todos pensaban lo mismo.
-Es que... ella se desmayó... entonces que ¿iba a hacer...? no podía... dejarla ahí- Cerró los ojos con fuerza. No le gustaba sentirse intimidado por sus mayores.
-¿Qué le paso? ¿Esta bien?- se aventuró BamBam. A lo que Yugyeom desvió la mirada.
-Esta bien, tiene algo de fiebre pero creo que es un resfriado nada más.
-Bueno por lo menos, en ese sentido, podemos quedarnos tranquilos...-reflexionó JB más para si mismo que para su grupo.
-Ella está acá todavía ¿no?- Mark hablo con seguridad.
-¿Cómo...? ¿Acá...en esta casa?- mientras hablaba, Jackson, miraba hacia todos lados , como si la muchacha pudiese salir de debajo de la mesa o la silla...
-¿Y donde está ahora?- preguntó Youngjae, intentando disimular su interés.
-En... en...-
-En la habitación de Junior ¿Cierto?- una vez más, Mark hablaba con una seguridad poco usual en él.
Ante el silencio del menor los demás se lanzaron a la habitación de Junior. En medio de la lucha de Jackson y BamBam contra Yugyeom que intentaba interponerse entre ellos y la puerta, se escuchó la firmé voz de JB
-Es suficiente. Si está acá, hay que buscar la manera de mandarla a su casa. Si nos descubren, podemos tener muchos problemas, sin contar los que puede tener ella si los medios se enteran.- con esas simples palabras JB finalizó el alboroto que estaban causando frente a la puerta. Haciéndose todos a un lado, dejaron que él fuera el que ingresara a la habitación. Amontonándose todos ellos a mirar desde el umbral.
Lo único que pudo distinguir fue un a bollito de colchas que se movían acompasadas.
-Eh... creo que es hora de vuelvas a tu casa...-no tuvo respuesta. Miro a sus compañeros y decidió volver a intentarlo. Estiró su mano, pero no siquiera llegó a tocar la cabeza de la chica cuando el calor que manaba de ella, lo alarmó. - Esta volando de fiebre- miró serio a Junior -
Éste, corrió hasta uno de los cajones sacando de el, apósitos para bajar la fiebre e ignorando la mano estirada de su líder, se arrodilló al lado de Laura, colocándose con sumo cuidado la tirita en la frente. Sintiendo de paso la elevada temperatura que se desprendía de ella.
-No podemos dejar que se vaya así...-concluyó Youngjae apenas se reunieron en la cocina.
-Que se quede hasta mañana. De todas formas ya es muy tarde-agregó Jackson.
JB miró al resto buscando en ellos alguna muestra de inconformidad con los dos anteriores, pero ninguno se mostró en desacuerdo. -Bien. Esta decidido. Pero recuerden que mañana viene el equipo de grabación, ella tiene que irse antes.
Todos asistieron en silencio y se fueron a sus cuartos, hoy Junior dormiría junto a Mark y Jackson.
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Sintiendo más de Lo Que Se Debe... Got7
FanfictionSólo buscaba vivir en Corea y disfrutar su juventud... pero la vida da mil vueltas y lo que por lo general, son sólo sueños, a veces se vuelven realidad. El problema viene cuando por esos sueños un grupo puede llegar a disolverse...