VIII

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Connor no volvió a aparecer en la facultad, sus amigos lo buscaron, lo intentaron localizar, sin resultado ninguno. Troye le extrañaba aun que ni el desaparecido supiera pronunciar bien su nombre. Pasó un mes y Connor seguía sin aparecer, la policía lo proclamo como desaparecido. Y al ser mayor de edad, su padre no quiso saber nada sobre su búsqueda. Todo lo contrarió que su hermana, ella quiso saber todo, si aparecía alguien parecido a él, alguna pista, ect... También quiso que le 'interrogarán' y contó todo lo que su padre hacía.

Su padre fue a la carcel, Connor lo vio en la noticias, también vio que salía su cara, sus amigos y su hermana le pusieron una orden de búsqueda. Pero él no quería volver. Le daba igual perder la beca en la facultad, le daba igual perder a la poca gente que parecía que le importaba. Era solo un perdido, que quería ser conocido por nadie. Esta débil y rendido, notando su muerte en cada pisada, y se pierde en el sonido de la nada. Él camino por días, sin ruta ninguna, sólo con una mochila con ropa y $30 en el bolsillo. Pero el dinero que le va acabando, y si se acaba el dinero, se acaba la comida. Connor lo sabía, pero le daba igual. Prefería morir antes que seguir en este mundo de mierda, donde nadie le extrañaría. O eso creía.

La policía buscó por toda la ciudad, luego pasaron a todo el condado, hasta llegaron a buscar por todo el estado. Pero Connor no estaba en la ciudad, ni en el condado, ni en el estado. Nadie creería lo lejos que se puede llegar solo con 30 dolares. Connor se cansó de andar y dar vueltas, así que un día decidió coger un autobús hasta Portland, una ciudad al norte del estado de Oregon. Y allí decidió buscar trabajo. Y lo consiguió. En una cafetería dirigida por un hombre mayor, él cual ya necesitaba ayuda hasta para tomar nota en una mesa. Le pagaba bien y también le dio hospedaje. Todas las esperanzas que perdió, las recuperó.

Y un día se armó de valor para llamar a sus amigos y a su hermana, para decirles que estaba bien, y que no le buscaran más. Y lo consiguió parcialmente. Todos le preguntaron que había pasado, dónde estaba. Connor no respondió a esas preguntas. Hasta que oyó la voz, que tan solo al oírla, su corazón se puso a mil por hora. La voz de aquel chico australiano de ojos azules. Connor le contó lo mismo que a los demás, pero hubo un momento de silencio después de que el ojiazul le preguntara donde estaba, Connor se lo dijo rompiendo el silencio. Sin saber por que.

color me blue 愛 tronnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora