Yo no te abandonaré

132 21 10
                                    


Gota tras gota comenzó la lluvia, mojando los rubios cabellos de aquel cuerpo amoratado que yacía inerte en el pasto. A su derecha, recostado igual que él se encontraba su amado, mirando aquellas cuencas ahora violáceas que no expresaban más que dolor. 

Las suaves hebras de cabello del más joven estaban llenas de tierra y lodo, mientras que sus ropas manchadas de vómito eran tan sólo un presagio de agonía. Su respiración era lenta pero continua,  al igual que sus latidos creaban una tonada tranquila que le permitía reconocer que su más preciado ser seguía vivo.

-No me dejes...-Susurró el mayor, acariciando la mejilla de su semejante quien reacciono con un poco de incomodidad, no estaba del todo inconsciente y continuaba quejándose en momentos, el dolor de sus articulaciones era muy intenso, pero Kenneth no podía hacer nada por ayudarlo a soportar.

¿Cómo había dejado que sucediera eso? Él, quien se supone que protegería a la ciudad de cualquier peligro, no logró ni siquiera proteger de la ciudad a la persona que más amaba. 

La lluvia ya había comenzado a caer, y sus lágrimas también. El cielo sobre sus cabezas les acompañaba en ese amargo momento combinando sus heladas gotas con las cálidas de él...  ¿Sobrevivirían la noche? 

En cuanto sus ojos se cerraron pudo verlo con claridad de nuevo, las imágenes se agolpaban en su cabeza creando un torbellino carmesí en el que se encontraba a punto de caer sin poder liberarse de aquellas cosas que lo intentaban tomar. Él se agarraba de un pedazo sobresaliente de asfalto que había quedado de lo que solía ser la carretera al pueblo mientras trozos de carne molida y miembros cercenados se acercaban a sus ropas queriendo jalarlo al vórtice, donde más de aquellas cosas le esperaban para devorarlo o peor, convertirlo en uno de ellos.

Y entonces aparecieron.

Nítidamente pudo verlo, sentado justo a la orilla del precipicio estaba esa melena rubia y esos ojos azules que adoraba, era Butters, la diferencia era que sus ojos eran totalmente inexpresivos. Atrás de él sólo logró ver a tres chicos corriendo por sus vidas y abandonando al indefenso Stotch con esa grotesca pesadilla.

Los ojos de Kenny quedaron prendados fijamente en el estoico Butters, quien en un sólo movimiento se irguió y con una fuerza sobrehumana, subió a Kenny al lugar seguro como si sólo se tratara de una bolsa sin peso. Más que claro quedó que él no pudo salvarse. Una de las manos amoratadas y escurridizas que continuaban teniendo sed de víctimas le jaló hacia el centro del torbellino. Kenny pudo ver como éste era consumido por las masas de carroñeros putrefactos y desaparecía en el infinito hoyo, la escena era aderezada con sus gritos de agonía y los gritos de desesperación del chico pobre para salvarlo, y mientras todo se volvía negro de nuevo...

Sólo entonces despertó, profiriendo un grito ahogado y con cada parte de su cuerpo estremeciéndose de terror. La noche había pasado y a pesar de estar en la intemperie lograron pasar desapercibidos para los no muertos, quizá por que aún tenía impregnado ese aroma a podredumbre en su ropa.

No, aquello no había pasado de esa manera burtoniana , era sólo una representación bizarra de aquellos dos últimos días transcurridos. Su cabeza dolía y las palpitaciones en sus sienes le hacían creer que ésta iba a explotar; era una sensación terrible el despertarse de esa manera, con todo el cuerpo adolorido y la boca seca.

Algo de lo que ahora estaba completamente seguro es que no podría confiar ya en nadie, Stan,  Kyle y Cartman salieron huyendo de los "zombies" como todos unos maricas y los dejaron a el y a Butters sólo ¿Por qué, si sus amigos mas cercanos lo abandonaron, debía esperar algo de alguien más? Ya nada importaba, sólo que él  y Butt...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 03, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alive?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora