~Para los que quieren enterarse de todo~ Parte 1

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ANTES DE LEER ESTA PARTE QUIERO DECIRLES QUE LO LEAN DESPACIO Y ENTENDIENDO!! CUALQUIER PREGUNTA LO PUEDEN HACER EN LOS COMENTARIOS!..

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Carta de Lucía a Jeremías: 

Mi pequeño Jeremías:

Espero que no me odies por llamarte así, aún cuando ahora midas quince centímetros más que yo, aún cuando los dos ya crecimos y envejecemos. Pasaron casi quince años desde que no compartimos más la misma casa, y solamente quisiera que sepas que sigues siendo, en mi corazón, mi hermanito querido.

Como sabes, la casa fue vendida. Hubo que vaciarla, llevarse todos los muebles y cosas que contenía; papá no quiso ocuparse, él está en su campo, lo más bien; tú por tu parte no querías saber nada y yo tampoco quería saber demasiado, pero hacía falta que alguien se hiciera cargo. Así que llamé a la gente de Emaús y les dije que se llevaran todo. ellos desmontaron los muebles, vaciaron los armarios, en fin, te ahorro los detalles. En el ropero del cuarto, en el estante más alto, encontraron una caja. Yo les había dicho que no dejaran nada, sin embargo, no sé por qué, uno de ellos me lo trajo y me preguntó:

- ¿Esto también?

Agarré la caja y le respondí:

- No, esto me lo quedo.

Ya ves, las cosas pasaron muy sencillamente, sin pensarlo.

Puse la caja en el baúl de mi auto y cuando me fui, algunas horas más tarde, ella me acompañaba. Fue así como apareció apoyada sobre la mesa del living de mi departamento. No quedaba más que una cosa por hacer: abrirla. Fue lo que hice.

En su interior había un gran cuaderno de tapa roja,cuadriculado, como los que usabas para tus clases de Ciencias Naturales. Dos tercios del cuaderno estaban llenos. De inmediato reconocí tu escritura. También había una agenda de tapa verde oscuro adornadas con un ribete dorado.

Me pregunté qué iba a hacer con ellos: ¿tirarlos directamente a la basura o enviártelos?

La curiosidad fue más fuerte. Hojeé la agenda. Se parecía a las que usábamos mis amigas y yo de adolescentes: llena de notitas, mensajitos, fotos, comentarios, reflexiones... Empecé a leerlas; era imaginativa, inventiva, cargada de ideas, ¡una maravilla! Estuve a punto de olvidar que la caja contenía otra cosa.

Después abrí el cuaderno rojo. Al principio me costó ubicarme. No entendía. Me preguntaba a qué año correspondería; después me di cuenta de que se trataba de tu clase de quinto, el año en que mamá murió.

Entonces leí, en detalle, el cuaderno rojo, la agenda y sus mensajes...

Todo se hizo patente: la enfermedad relámpago de mamá, esas últimas cuatro semanas que pasamos juntos creyendo que teníamos la eternidad por delante. Y así y todo, la eternidad se limitaba a los pocos meses que nos separaban de la primavera, el plazo establecido por los médicos. Como tú lo escribiste, nos mintieron, o quizás se equivocaron; el plazo no abarcó más que cuatro semanas. Una mañana lluviosa, mamá no se volvió a despertar,la trasladaron de nuevo al hospital y murió cuatro horas más tarde.

El misterio de la agendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora