En la casa de los Matsunos, se encontraba la familia reunida en la sala, rodeando el futon mientras veían las noticias del ultimo día del año. Todos los programas despedían el año, igual que siempre. Después del desayuno, la familia, o mejor dicho, los adultos responsables de llevar el sustento al hogar, decidieron comenzar con la exhaustiva tarea de hacer limpieza profunda en todo el hogar, cosa que hacían anualmente. Los sextillizos mas resignados que años anteriores decidieron poner fin a eso lo antes posible para poder salir de ahí. Es ahí cuando comenzaba el reto mas importante del día, el cual no era la limpieza en si, sino mas bien, la reparación del lugar que limpiaría cada uno. El mejor que te podría tocar era el de la sala en donde habitualmente comían, el cual era el mas limpio u fácil de limpiar que cualquier otro lugar. La habitación de los hermanos era una caja de sorpresas, pues no sabrías que te toparías escondido por ahí, y la verdad es que muy alegres de saber que cosas eran no estaban, pero al menos era mejor que limpiar el baño.
Como todos los años rifaron las habitaciones con la ayuda de un vaso y un papel. La tensión era alta, con la expectativas de tener una habitación fácil de limpiar. Al final, el resultado fue Osomatsu en la cocina, Jyushimatsu en el patio, Karamatsu en el baño, Ichimatsu en los corredores, Todomatsu en la sala y Choromatsu en la habitación que compartía con el resto. Miradas de envidia fueron las que recibió Todomatsu, y una que otra risa para Karamatsu. Choromatsu tuvo un poco de pena por el, pero solo unos segundos.
- Ahh, que bien poder limpiar la sala – exclama Osomatsu
- Perdón Osomatsu-niisan, te lo cambiaría, pero el año pasado tuve que limpiar la cocina y la grasa de ese lugar no se me fue en dos días.
- Kusomatsu...baño...pff... – una risa no se le pudo escapar a Ichimatsu haciendo esa relación.
- Bien, acabemos con esto que seguro nos toma mucho tiempo, mejor empezar de una vez – Choromatsu se puso de pie dirigiéndose a su respectiva habitación.
Todos se levantaron para comenzar con si tarea.
En la habitación de los hermanos, se encontraba Choromatsu aspirando el piso de la habitación. Toma del suelo uno de los suéteres de Ichimatsu para poder ponerlo en el armario. Abre las puertas del mueble cuando una montaña de ropa cae al piso.
- Esos inútiles – dice Choromatsu para si mismo – es que no pueden siquiera doblar su ropa?
Se sienta en el piso, pensando que al menos la ropa cayo sobre el piso limpio. Comienza a separar la ropa, notando que tienen un excesivo de suéteres, pensando que tal vez era tiempo de ir a comprar mas. Poder identificar de quien era la ropa era algo muy sencillo, pues aparte del color, su estilo individual era muy diferente, todo lo contrario a cuando eran pequeños. Comenzó a ordenar la ropa por hermano.
La primera que tomo era la de Karamatsu. Aquellos pantalones brillantes de verdad hacia doler a las personas y a ellos mismos. Miro con reprobación aquellas camisas con la cara de su hermano, eran simplemente hilarantes. Mientras mas doblaba la ropa del segundo hermano, mas podía percibir su olor. Era un olor muy increíblemente fuerte. Se preguntaba si tal vez era una prenda que acaba de usar pero se dio cuenta que era la combinación de toda su ropa junta. Era un aroma chocante, igual que a colonia barata, de esa que tiene mas alcohol que fragancia. Podías percibir algo agrio, como el aroma que dejan algunas hojas de los arboles. No era un mal aroma, simplemente te tomaba por sorpresa, después de eso no molestaba realmente. Era fuerte y sofocante, pero tenia esa característica de algo que te gusta respirar aunque sepas no es bueno para ti, igual que los fumadores pasivos, amantes de no fumar pero si respirar el humo de un cigarro.
Choromatsu la dejo de lado guardándola en su respectivo lugar para seguir con la de Todomatsu.
La ropa de Todomatsu olía igual al color de su ropa. Era un aroma liguero y dulce, parecido al del algodón de azúcar azul, o esos chicles con mermelada de moras. No era fuerte como el de Karamatsu, pues, mas bien quedaba volando por el aire percibiendo el olor de forma aleatoria, como si una mariposa volara por la habitación, esparciendo gentilmente con sus alas pequeñas cantidades de perfume. Choromatsu acercaba inconscientemente la ropa de Todomatsu mas a su cara para percibir el olor. Aunque de alguna forma se avergonzaba por eso, no podía negar que era un aroma agradable. Se preguntaba si era algo que a las chicas le gustaba de el, pues aun siendo un nini como sus hermanos, era claro que era el que mas tenia tacto con las chicas y el que mas cercanías tenia con ellas.