Principio de algo inesperado

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- Oh, duro y cruel destino.- susurró la joven Yuuki Cross.

Ser guardiana no era lo más divertido, pero adoraba salir por la noche, y pasear por el exterior del centro educativo. Esto la hacía preguntarse muchas cosas. ¿Que tenía Ruka en su contra? ¿Por qué Kaname prefería a una simple humana como ella, antes que a una apuesta y atractiva vampira como Souen?

Se oyeron pisadas detrás de la guardiana, la cual, con disimulo, sacó su vara extensible de la liga, por debajo de su falda. Se giró, y la extendió, poniendo el extremo final en el hombro de su compañero.

- Zero...- le reconoció.

- Menudo recibimiento, si lo llego a saber no vengo.

- No, hoy no te libras.

Yuuki agarró del brazo al joven de pelo plateado, y lo llevó a patrullar con ella. Él andaba dando tumbos, lo cual no le importaba mientras la dueña de su corazón permaneciese a su lado. Llegaron al claro del bosque que rodeaba el instituto, y Zero se sentó.

- Estás loca. No haces más que castigarme patrullando de noche.- comentó el joven.

- Es posible, pero me encanta que esté loca.- una voz familiar le contestó.

Él se giró, y vio a la clase nocturna. Ruka estaba situada detrás de Yuuki, y sostenía su cabeza ladeada, justo para morderla. El guardián se levantó y desenfundó la Bloody Rose. Aunque pudo sentir como el vampiro que llevaba dentro quería salir.

- ¿Qué pasa, Kiryu? ¿Te sientes amenazado?- sonrió Akatsuki Kain.

Zero le apuntó, y Ruka le miró.

- No es una buena idea.- le dijo.

- Souen... ¡Maldita hija ..!- gritó.

No pudo terminar. Hanabusa Aido le congeló gran parte de su cuerpo, obligándole a quedarse quieto.

- Chico malo.- sonrió Ruka.- Pórtate bien, si no, lo pagará ella.

Yuuki temblaba. La joven vampira hacia de su ego fuerte de guardiana una mota de polvo. Aunque despertaba en ella un deseo similar al que le producía Zero cuando le mordía. El clan de vampiros se marchó, llevándose a la señorita Cross.

Las acompañaron a la residencia, y dejaron que Ruka se entendieran con Yuuki a solas. Subieron a la habitación, y la chica castaña se sentó en el borde de la cama.

- ¿Qué te he hecho?- sollozó.

Souen cerró la ventana, corrió las cortinas y dio la luz de la mesita. El ambiente estaba cargado de tensión, y la tenue luz le aportaba un toque de misterio.

- Pregunta mejor que no has hecho.

Se quedó pensativa. Si esto hubiese pasado en otra ocasión', seguramente ya estaría bebiendo de su sangre. Pero, ¿por qué sentía compasión aquella noche?

- Souen-senpai... Muérdeme. Sé que es eso lo que quieres. Sé que tú deseas tener a Kaname, y yo también, pero ahora que me tienes, aprovecha para manipularme.

Yuuki recapacitó. ¿Había sido buena idea entregar a aquella vampira su sangre? No lo sabía, pero deseaba que la mordiera. Deseaba sentirla cerca.

- ¿Quieres que te muerda? Dame una razón.

- No la tengo, solo sé que adoro la manera en que me muerdes.

Ruka la miró. No había usado su poder ni una sola vez, aquello era rarísimo. A no ser... No, no podía ser, Cross sería incapaz de desearla más que a Kaname.

Sus ojos se encontraron, y Yuuki pudo ver una expresión familiar en los ojos de Ruka. Pudo ver el amor reflejado en los ojos de aquella vampira sedienta de su sangre

Ruka Souen y Yuuki CrossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora