Era una noche tranquila y silenciosa, Taylor se encontraba tirado en su cama observando el techo, sin pensar en nada solo admirándolo. Era bastante tarde así que ya no habría nadie en la calle, esto motivó a que el chico se vistiese y saliese a dar un paseo nocturno.
Mientras se encontraba vagando por las oscuras y solitarias calles una especie de ruidos atrajeron su atención. Inmerso en su propia curiosidad siguió esos ruidos, cuanto más cerca estaba se podía distinguir mejor que eran... Eran los llantos de una pequeña niña. Preocupado porque le pudiese estar sucediendo a la pequeña aceleró su paso hasta llegar al lugar donde se podían oír plenamente los llantos; al llegar se encontró con que la niña estaba siendo acorralada por una manada de perros.
Instantáneamente y por auto reflejo espantó a los perros y se acercó a confirmar que la niña estuviese bien, efectivamente, solo la habían arañado un poco pero no tenía ninguna mordida. De todos modos, debía curar ese arañazo que tenía, así que se ofreció para llevarla a su casa, curarla y luego ayudarla a volver con sus padres, pues era obvio que una niña tan pequeña tenía que haberse perdido, no tendría ningún tipo de lógica el decir que ella sola había salido por su cuenta.
La niña accedió a acompañarle para que la curase y para luego la ayudara a volver a casa. (En este punto la escritora se da cuenta de que esta niña sería el blanco más fácil para ser secuestrada xD) Así que eso hizo Taylor, llevar a la pequeña a casa, curarla y luego llegó el momento crucial, preguntarle como la podía ayudar a volver con sus padres; le preguntó sobre sus números de teléfono, dirección, números de teléfono de alguno de sus conocidos, pero nada, la niña no sabía nada. En última instancia pensó en levarla a comisaría, pero se dio cuenta de que por lo tarde que era lo más posibles es que no hubiese nadie ahí, tendría que esperar a mañana.
Su casa no era precisamente grande, solo su habitación y una habitación de invitados por la cual parecía que había ocurrido algún tipo de catástrofe natural esto por culpa de que su amigo Draven se había quedado ahí la última vez que hizo maratón de películas con él. Tendría que ponerlo mínimamente decente para que... rayos, se había olvido preguntarle cómo se llamaba a la niña. Antes de seguir acomodando la habitación para la pequeña se le acercó y preguntó su nombre a lo que esta comentó en un tímido susurro "Luna" un muy bonito nombre, él devuelta le dijo su nombre; ya habiendo acabado esta corta conversación siguió con su tarea de poner decente la habitación de invitados.
Después de aproximadamente una hora lo logró, no había ya ni rastro de su amigo en esa habitación, llamó a la niña y esta llegó corriendo, le indicó que ahí sería su cama por esta noche y que mañana saldrían a buscar a sus padres. Apagó la luz y salió de esa habitación camino a la suya, le extrañaba que esos perros la hubieran acorralado y también que sus padres al verla apartarse no se hayan preocupado, miró su reloj, la 1:30 am, wow era bastante tarde, debía dormir ya sino mañana no tendría fuerzas para levantarse y ayudarla.
Y así fue, Taylor cayó en un sueño profundo mas no estaba preparado para lo que se encontraría la mañana siguiente...
El sol golpeaba en su ventana, así mismo molestándole en la cara al pobre y agotado Taylor, este con pesadez se levantó de su preciada y amada cama camino a la habitación donde había dejado a la pequeña, pero para su sorpresa ella ya no estaba ahí, fue a la cocina y nada. Se habrá ido, pensó. Estaba muy dormido, pero no lo suficiente para no darse cuenta de que su cuerpo se sentía extraño, algo así como que no era el mismo de siempre. Fue como de costumbre al baño, pero al pasar junto al espejo notó cambios en sí mismo, y como lo sentía su cuerpo ya no era el mismo, ahora era el cuerpo de una chica.
Quedó en shock, no lo entendía como así tan de repente era una mujer, esto no tenía lógica alguna, no podía llamar a nadie, que les explicaría que por arte de magia era una mujer, no no ¡NO! Nada tenía sentido. Estaba abrumado, llamaría a Draven, el sabría qué hacer. Corrió a su habitación en busca de su teléfono móvil y marcó rápidamente el número de Draven, después de tres tonos este contestó.
- Es temprano lo sabes, ¿Qué pasa Taylor? Más te vale que sea algo importante- le dijo con voz somnolienta el chico al otro lado de la línea.
- Es más que importante Draven – al hablar se dio cuenta de que ahora hasta su voz había pasado de ser profunda y varonil a ser una tierna y aguda voz femenina.
- ¿Taylor, eres tú? – obviamente su amigo estaba confundido, está bastante claro que se esperaba una voz de hombre.
- Sí, soy yo, ven de inmediato, necesito que me ayudes con esto- sin dejar a su amigo contestar al otro lado de la línea cortó la llamada y se sentó en el sofá de su salón a esperarle, no tenía ni ganas de desayunar, se encontraba muy nervioso por esto, era domingo y mañana tendría que volver a clases, este era su último día de verano y sinceramente no entendía como haría mañana para explicar en su instituto mañana que ya no era un chico.
Estaba tan inmerso en todas esas preguntas que ni si quiera se dio cuenta del paso del tiempo y lo que lo sacó de todo ese debate mental fue el sonido del timbre indicando que Draven había llegado. Corrió a abrirle la puerta y cuando lo hizo el chico al otro lado de la puerta se quedó en una especie de shock el cual no duró demasiado pues Taylor lo arrastró dentro de la casa, no quería que nadie más le viese de esa manera.
- Taylor ¿enserio eres tú? – preguntó aun con incredulidad su mejor amigo.
- Claro que soy yo imbécil – le gritó frustrado, aunque con esta voz ni el mismo se tomaba demasiado enserio.
- Vale te creo, pero puedes intentar contarme todo desde el principio – se sentó en el sofá individual que se encontraba en el salón.
- Esta bien, aunque no creo que le encuentres mucha lógica – y eso hizo, le contó toda la historia de la misteriosa niña y su mágico cambio a lo que el otro chico oía atento sin entender muy bien la situación.
- A ver si entendí, anoche ayudaste a una misteriosa niña y después de que no hubiera ni rastro de ella esta mañana fuiste al baño y te diste cuenta de que ahora eras una chica – aun no procesaba todo eso que su amigo o más bien "amiga" acaba de contarle.
- Exactamente ¿Qué hago ahora? Mañana tenemos el comienzo de clases ¡¿QUÉ LES DIRÉ?! – sacudió por los hombros al pobre de Draven.
- Pues hermano, lo primero inventarnos una excusa y que si puedas ir a clases mañana, luego comprarte el nuevo uniforme y el resto, pues el resto depende de ti amigo, tendrás que adaptarte a esta nueva vida, aquí me tienes, obviamente seguiré siendo tu amigo así que no te preocupes – le contestó confiado con una sonrisa su mejor amigo.
Hola bellezas hermosas de mi corazón, ahora esta será la historia que borré, espero que les gusten los cambios que he hecho, y no se preocupen, el humor seguirá en esta historia en la que habrá nuevos personajes y que podré actualizar una vez a la semana pues estoy de vacaciones, espero que les guste tanto como la anterior, las amo mucho y hasta la próxima. <3 :3 (Aquí les dejo al sensual Taylor hombre)
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¡¿QUÉ, soy una chica?!
FantasíaTaylor Ainsworth era un chico normal con una vida común. Sinceramente no era muy fanático de que se interrumpiera su tranquila vida por culpa de alguna aventura, él amaba la paz y la tranquilidad, vivía solo, tenía una pequeña gata llamada Suki, su...