Hay dos despedidas
una que me hizo gritar
a la vez me enfrio el cuerpo...
Otra que me hizo sentir el amor
renaciendo una noche lentamente
como el ave fénix entre cenizas
y ardio mas fuerte que el sol...
La pasión, las palabras,
mis versos y los mas dulces deseos...
sono en el ambiente una canción
precisamente para la ocasión
no supe si volverá atormentarme
pero me convirtió en otra;
al mismo tiempo del "adiós"...
Aunque le tengo presente...
con todo sus pedazos y cenizas frías
desaparecio solo fue un espejismo
mi castigo de aquella despedida...
Finalmente nada será igual
(desde ese entonces)
no veremos el mañana que imagine
porque todo era artificial,
se olvido del verano que lo vio nacer
y yo me guardare el cadaver
bajo un millón de llaves
pero lo tendre conmigo
aun así los dos (y mas el)
lo hayamos perdido.