- Perdón por haber te dejado tirada ayer por la noche.
- No pasa nada - dije ya cansada de que me estuviese diciendo todo el rato lo mismo - pero ¿que tal con el chico?
- Súper genial. Hemos quedado hoy por la tarde, estoy ilusionadísimo.
Nos echaron la comida en la bandeja y nos sentamos en la mesa de siempre.
- Tu, chica, la que está enfrente de Mike - dijo una voz que me sonaba mucho haciendo que Mike y yo dejáramos de hablar para mirar a...Dylan.
¿Que le pasa?
- Ven aquí - dijo.
Me levanté algo nerviosa y me acerqué a el bajo la atenta mirada de todo el comedor. Me cogió del brazo y me sacó de ahí.
- La chica con la que estabas ayer cuando casi te violan me lo a contado todo - dijo una vez que estábamos fuera.
¿No le habrá contado que...?
- No vuelvas a hacer eso.
- ¿Hacer el que?
- Tu lo sabes muy bien.
Si, si que se lo ha dicho.
- Si no hubiese estado ahí, te habría violado ¿Porque no llamaste a nadie para que te ayudará en vez de ir tu misma?
- ¿Que más te da?
- No me importas, ni siquiera se tu nombre ni lo quiero saber, pero eres una persona y no mereces que alguien te haga eso, yo solo te aviso. Y por cierto, no me vuelvas a seguir de noche si no quieres acabar metida en toda mi mierda - se dio la vuelta y se fue otra vez a su mesa.
Esas palabras me dolieron, y mucho, no se como me puedo haber enamorado de un imbécil como el, pero no lo puedo controlar.
(...)
Era la doce de la noche cuando escuché un portazo proveniente de la habitación de al lado, cogí rápidamente mi mochila y salí de mi cuarto sigilosamente.
Hace dos horas había decidido seguirle, me da igual lo que diga yo hago lo que me sale del papo, si quiero seguir le pues le sigo, no creo que este metido en muchas cosas malas... vale que tenga pinta de chico malo por su cara seria y sus brazos llenos de tatuajes pero, las apariencias engañan ¿no es así?
Llevaba unos pantalones vaqueros negros y una chaqueta que me quedaba grande del mismo color, para ocultarme entre la sombras...alomejor me he motivado un poco pero es que estoy muy ilusionada por hacer esto.
Me puse la capucha y salí del internado.
Estuve un buen rato siguiéndole hasta que se metió en un callejón sin salida.
Me asomé y vi que se adentró en una puerta de metal. Me acerqué a ella y me quedé mirándola. No sabía si entrar o no, ¿y si es cierto que me puedo meter en toda su mierda? Alomejor es mejor esperar unos días hasta que deje de mirarme con cara de enfado, para que, cuando me encuentre no me odie aun mas de lo que lo hace ahora. Me di la vuelta y regresé al internado.(...)
- ¿Otra vez estáis sin agua? - preguntó Dylan al abrirnos la puerta.
A Vanesa se la había olvidado OTRA VEZ coger las botellas de agua.
- Si - contestó Vanesa acercandose a el.
- A Vanesa se le olvida apos-
- Que tonterías dice - dijo mientras que me tapa la boca - Si es que...esta paleta no sabe lo que decir para llamar la atención.
Tendrá cara.
La mordí la mano y ella me soltó.
- La única que quiere llamar la atención aquí eres tú - la dije - que finjes que se te a olvidado la botella de agua para ligar con el - dije señalando le.
- Que zorra eres.
- ¿Asi? ¿Has visto como vas vestida sólo para llamar la atención de lo chicos? Si se te ve medio culo y mejor no hablar de la parte de arriba.
Me fui a la habitación muy, muy enfadada y cerré la puerta de un portazo.
Me tumbe en la cama y miré al techo.
¿Que tal estás? Te veo muy limpio hoy, porfin te han limpiado. Porque antes estabas hecho un desastre, sin ofender.
- Si, si Dylan sigue no pares
¿Esa no es la voz de Vanesa?
- Joder, me voy a correr.
Esa es la voz de Dylan, espera...no me jodas lo están haciendo. Me cago en todo.
Me tapé los oídos con la almohada, pero aún así seguía oyendo sus gemidos. Cada vez gritaban más fuerte hasta que, porfin, pararon y poco después la barbie de los cojones entró en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
- El mejor polvo de mi vida - susurró.
Hice como si no hubiese escuchado nada y la pregunté por la botella a lo que ella me dijo que se la había olvidado cogerla.
Esta chica es cada día más tonta.
Fui a la habitación de Dylan a pedírsela.
- La botella - le dije seca y con cara de enfado.
Me la dio y se la tiré a Vanesa en la cabeza.
- Ya te has quedado sin la única neurona que tenías - la grité.
Dylan me miró sorprendido ya todavía no se había cerrado la puerta.
- Gilipollas - me gritó Vanesa.
Y yo como la mujer madura que soy la saqué el dedo y me fui de ahí.
Estaba muy enfadada pero mucho, mucho, tanto que no era consciente de mis actos. Fui al primer bar que encontré y pedí lo más fuerte que tuviesen.
Bebí un trago.
Joder, que malo esta.
A pesar de que quería desahogar mis penas en alcohol, no bebí ni un trago más porque estaba muy, muy malo.
Salí del bar y me senté en un banco.¿Porque tengo que ser tan cobarde?
Me quede sentada en ese banco por lo que parecieron horas o igual minutos, estaba pensando, pensando en cómo me había afectado ese misterioso chico, en cómo me había afectado la comida del comedor, en resumen pensando en cómo me había afectado este internado al que, poco a poco, me iba acostumbrando.
Cuando me quise dar cuenta eran las...¿once y media de la noche? Ostia que son la ¡once y media de la noche!
¿Como puede pasar el tiempo tan rápido cuando estás distraída? Joder, joder, joder como no llegue al internado en media hora me la voy a cargar, por suerte se donde estoy, espera...¡no se donde estoy!
Me levanté del banco y fui andando sin rumbo fijo esperando a que me empezase a situar.
Ya habían pasado quince minutos desde que empecé a andar, pero estaba igual que antes.
Ya eran las doce y media, cansada me senté en un callejón y me quedé dormida.
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Mi Misterioso Boxeador
RomanceY ahí estaba yo haciendo las maletas para irme al infierno, o como la gente lo llama, internado. Nunca pensé que al lado de la habitación donde iba a residir durante un año estuviera el chico que volvería mi vida patas arriba. Frío, indescifrable y...