Detrás de ti (James Maslow)

Capitulo 1

           Me encontraba en una calle muy solitaria de camino a casa. Siempre pasaba por allí cuando salía tarde de la biblioteca de la secundaria, sin importar que tan tenebrosa era, esa calle era el camino más corto para llegar a casa. Siempre que pasaba por allí recordaba aquellos dos tipos de películas y series; la primera era que la chica  que se encontraba en una calle así como esa, era atrapada por un ladrón o un asqueroso aprovechador y la encontraban muerta en medio de un montón de basura al día siguiente, y la segunda era cuando la chica se encontraba en la misma situación pero aparecía un chico misterioso y la salvaba de aquel violador o ladrón. Eso segundo me causaba risa, es casi imposible que si me llegara a suceder eso en este callejón alguien me salvaría. La gente de aquí era egoísta y ni siquiera se molestarían en llamar a la policía. Y menos aparecería un chico misterioso, eso es tan de novelas y muy cliché para mi gusto, Reí ante el pensamiento.

            En ese momento por estar tan absorta en mis tontos pensamientos, tropecé con con una bolsa de basura que olía realmente mal. Me dí cuenta que estaba a la mitad de la calle, pero tuve un presentimiento extraño, una sensación que no había experimentado anteriormente al pasar por el callejón, era como si alguien estuviera detrás de mi, podía escuchar su respiración. En ese mismo instante volteé rápidamente para ver si mi presentimiento era cierto, pero no, no había nadie. Estaba empezando a ponerme nerviosa así que aumenté la velocidad de mis pasos, se escuchaba el eco de mis pisadas. Me faltaba poco para salir del largo callejón cuando escuché algo al principio de este. Me detuve, y en ese instante se escuchó un disparo. Volteo para ver si era en esta calle, y sí, a unos 20 metros de distancia desde donde yo estaba había un cuerpo tirado en el piso, estaba sangrando y posiblemente muerto porque no se movía. Levanté la vista y me di cuenta de que al lado del cuerpo había un hombre que sostenía un arma, el asesino. Este levantó la vista y me miró fijamente, duramos así como 30 segundos, no fueron más porque el hombre que estaba ahí habló, en ese momento no lo había captado. Él dijo: Corre.