TEMPUS

4.7K 540 207
                                    

Título: TEMPUS

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU, Thor

Parejas: Thorki

Derechos: Nada que soy pobre frente a Marvel.

Advertencias: algo de mpreg, algo de lemmon, muchas lágrimas y confusiones. Así las cosas.

Gracias por leerme.



TEMPUS

"Cotidie morimur, cotidie conmutamur et tamen aeternos esse nos credimus."

Cada día morimos, cada día cambiamos y sin embargo nos creemos eternos.



-He pensado –murmuró de pronto Fandral- que tal vez nuestros espíritus tengan tantas ramas como el propio Yggdrasill, así que cuando la felicidad no está aquí, es posible que se halle en otro universo, en otra realidad. Tal vez somos desdichados en éste pero felices en un mundo diferente.

Thor le miró en silencio, confundido de tan inesperada reflexión en medio de una cruel batalla en contra de los Elfos Oscuros que estaba comandando nada menos que Loki Laufeyson en contra de Asgard en una acometida brutal cargada de venganza y odio. No le pareció descabellado pero se preguntó que intentaba con eso su gran amigo, al hablarlo en un momento tan poco propicio, antes de lanzarse hacia un precipicio con la finalidad de emboscar una avanzada de Svartalfheim que iba camino hacia los templos sagrados. No le respondió porque el tiempo apremiaba, moviendo su martillo al tiempo que tomaba impulso igual que Fandral, ambos saltando al mismo tiempo hacia los picos de los árboles semi quemados por un fuego negro de un cañón enemigo. El encuentro fue brutal porque los Elfos Oscuros tenían consigo una de las Gemas del Infinito con la que estaban apoyándose para sus hechicerías. La caída como el primer intercambio de ataques culminó en un descenso abrupto donde la tierra se abrió, llevándose consigo al Hijo de Odín.

-¡THOR!

Mjolnir escapó de sus manos, sintió sus costillas quebrarse ante un choque violento de una roca saliente. El sabor de la sangre inundó su boca.

-¡NO, THOR!

Llevaban peleando noches y días enteros, estaba tocando el límite de sus fuerzas pero su voluntad le hacía ponerse de pie una vez más. El Dios del Trueno realmente creyó que esa sería su última oportunidad de pelear por su tierra y el futuro de los Nueve Reinos.

-¡THOOOR!

Perdió el conocimiento por unos minutos, estaba completamente seguro de ello, porque dejó de escuchar los disparos, maldiciones y la voz de Fandral llamándole con desesperación. Cuando volvió en sí fue porque una corriente de agua fría golpeó su rostro maltrecho, tosiendo algo de líquido que había entrado por su nariz y boca entreabierta. Thor frunció su ceño, mirando alrededor, dándose cuenta que ya era de noche, no podía ver muy bien sus alrededores. Estaba desangrándose, al borde de la muerte por agotamiento. Su vista comenzó a nublarse cuando notó por entre los árboles las inconfundibles llamas de antorchas, preguntándose quién sería, si enemigo o amigo aunque también le extrañó que usaran tal fuego sencillo en medio de un campo de batalla. Dejó que la inconsciencia ganara la partida, ya no podía más.

Volvió en sí llamado por el exquisito aroma de una comida cociéndose al fuego, algo tan lejano desde que era un niño y la reina Frigga solía prepararle una de sus tantas recetas inigualables. El Asgardiano hizo el esfuerzo por abrir sus ojos, enfocando su vista hacia un techo de madera, sostenido por vigas que cruzaban perpendicularmente las delgadas y forradas que hacían de arcos como soporte de tejas rojizas oscuras. Las paredes eran igualmente de madera en combinación con piedra y una mezcla de arena, no supo reconocer el material. Le llamó la atención las pieles que colgaban, recién trasquiladas, igual que lo que reconoció como ropas que bien podían ir a su talla. Con la vista más avivada, recorrió sus extraños alrededores. Aquello no era el palacio ni tampoco algún refugio cercano. Más bien parecía una casona rústica con un aroma a bosque tranquilizador junto con el de la comida proveniente de alguna otra habitación. Donde se encontraba era una cama hecha de gruesas, mullidas y peludas pieles, sin puerta pero con una cortina de tela gruesa que apenas si dejaba ver la sombra del fuego en una chimenea.

TempusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora