Sin Acercarse

El comienzo

No se exactamente cómo comenzar una historia, y es que es tan complicado describir  a quien yo considero perfecto.
Conocí a Martín un día cualquiera, de aquellos en los que no se espera que pase la mayor cosa, era un jueves recuerdo, para mí el mejor día de la semana, estaba en mi clase de baile, cuando lo ví por primera vez, a decir verdad no me impresionó en absoluto, pensé en que quizá iba a ver a alguna de mis compañeras, pero no se acercó a nadie, solo se sentó en frente de mi, por alguna extraña razón me sentí nerviosa, mientras la clase transcurría noté que me miraba, al finalizar la clase, estaba saliendo de vestidores cuando vi su reflejo en el espejo, y me quedé viendole por un momento, empezó a bailar, solo, libre, y mi expresión cambió totalmente, me quedé asombrada y quería aprender de él.
Sabía que desde aquel instante mi perspectiva no sería la misma.
No sabía su nombre al menos, ni cómo llegar a él o como volver a encontrarlo, el seguiente jueves ocurrió, él estaba de nuevo allí, nos vimos, sin decir nada en absoluto, pero me puse a pensar que no quería dejar de verle y ya no solo verle, hablarle, ser amigos por una parte o quizá por la otra lo mejor habría sido no haber coincidido nunca y olvidarme de esas tonterías de quere conocer al bailarín.