Moonlight

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Cada mirada, cada caricia, me hace querer darte mi corazón. Estaré contigo, Luna, quédate así como eres.
Porque nunca supe que podía sostener la luz de luna entre mis dedos. No hasta que te tuve.
Eres mi luz, mi amada Moon.

A.

Luna encontró una nueva nota en su casillero, como todas las mañanas en los últimos meses. Lo que no entendía era por qué Ariana seguía enviándolas, ¿no había conseguido ya lo que quería? ¿Por qué seguía confundiéndola? ¿Acaso no había sembrado ya suficientes dudas?

La chica suspiró con los ojos cerrados, llevó la nota a su rostro y la olfateó. Fresas y flores. Un olor tan dulce como su dueña.

Ariana le gustaba, eso no era un secreto ni para ella misma. Por un momento se imaginó a su lado, con ella envuelta entre sus brazos otra vez, tan frágil, tan inocente, tan entregada. Con los ojos abiertos a nuevas vistas y la mente dispuesta a nuevas sensaciones. Recordó la noche que habían pasado juntas. Todo se resumía en una noche de películas entre amigas.

Y la película estaba rodando, pero ellas no estaban mirando.

Sin embargo, con cada paso que daba, Luna recordaba que amar a Ariana era un error. El dolor que sentía era su recordatorio, porque su padre la había golpeado hasta la inconsciencia. "Nunca te enamores de una chica" le había dicho, "no si quieres seguir viviendo en esta casa". Esss palabras al ritmo de los golpes de un nuevo cinturón cargado de la furia de su progenitor, fue lo que la hizo reflexionar... Ella era algo incorrecto, y debía cambiar.

Tomó la nota y la puso en la carpeta que había hecho para ellas. La misma que su padre había encontrado la noche anterior. La había traído para dejarla en el instituto, allí estarían a salvo... por lo menos las pocas que quedaban completas.

Recordar la noche anterior provocaba un corrientazo en su corazón. Su padre había sido claro, y ella solo había respondido tal cual soldado: "Sí, señor".

Luna estaba segura de que ya estaba enamorada, mas su dignidad era mayor. Y bien sabía que la homosexualidad era causa de deshonra. Mucho más teniendo un padre tan cerrado como era el suyo.

.

Cuando Ariana introdujo la pequeña nota en la ranura del casillero de Luna, se percató de que había olvidado citarla a la salida del instituto. Así que pasó todo el día lamentándose por ello.

Tenía miedo de acercarse a Luna sin haberle avisado, porque ella aún no aceptaba su... ¿relación? Realmente no tenía ni idea de qué era lo que pasaba entre ellas dos. Solo sabía que tocaba el cielo cuando se besaban, que quería estar a su lado, que no le importaba su mala fama, que amaba a su Moon, como a ella le gustaba llamarle.

La luna es especial porque es hermosa y sostiene la tierra para mantenerla en equilibrio. Justo eso era Luna para Ariana: su equilibrio.

Ariana tomó un post-it mientras escuchaba la clase de literatura y escribió.

Moon, me gustaría verte hoy, pasar un rato a tu lado. Luego de que te dejé ver quien soy, quiero estar siempre contigo, presumir de que estoy con la chica más hermosa de todo el instituto. Porque eso eres.
¿Qué dices? ¿Salimos esta tarde, Moon?
A.

Lo pensó varias veces antes de darse cuenta de que no valía de nada escribir esa nota porque no tenía forma de hacerla llegar. Así que, aunque se podía conseguir un problema por ello, se acercaría a Luna en el recreo y la invitaría a su casa. Así su madre la conocería, ella que estaba ansiosa por conocer a quien se había robado el corazón de su hija...

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