Amara había comprendido al ver el rostro lleno de rencor de Hera, que había sido una completa idiota al haberse cegado en las intenciones de Kaleb hacia su magia y poder.
¿Así iba a terminar todo? Al haberse enamorado de un mortal que jamás le correspondería.
Hera utilizando su magia y el poder la de piedra verde, empezó a marcar en la frente de Amara una simbología de un triángulo, una línea curva y un círculo con una estrella invertida.
Esta simbología era el significado del castigo que los dioses se hacían mutuamente cuando cometían un error. Amara jamás podría morir, pero su corazón y su alma estaría sellados y llenos de sufrimiento por el resto de la eternidad.
Su cuerpo empezó a inmovilizarse hasta convertirse en piedra por completo y quedarse eternamente dormida.
Y así fue como la diosa de la purificación se había quedado encerrada y su corazón se había vuelto completamente de piedra.
Hera fue castigada por Zeus al haberla dormido eternamente sin permiso alguno, y es que Zeus sabía que Amara era inocente, que jamás se hubiera imaginado que se enamoraría de un humano y se haría vulnerable ante él. Así, que este, lanzó un hechizo sobre ella, aquel humano o Dios que logrará despertarla de nuevo dentro de un buen tiempo y recuperará su humanidad por completo podría convertirla en lo que ella siempre había querido en el fondo de su corazón, ser una mujer ordinaria.El cuerpo de Amara fue encerrado dentro del Olimpo en donde en su sueño eterno empezó a crear un odio hacia los humanos. Cada siglo su odio iba creciendo cada vez más y su corazón se pintaba de negro. Ya no sentía la necesidad de purificar al mundo, sentía la necesidad de destruirlo sin piedad, con el simple hecho de ver arder el mundo.
Época del siglo XXI
Elliot Kuhn un joven historiador se había tomado el tiempo de dar una exposición sobre la mitología griega en Alemania, para que varios historiadores supieron sobre cada uno de los dioses que existieron en ese entonces y de su importancia en la creencia sobre religiones.
La gente se burlaba de él, puesto a que él creía que aún los dioses seguían viviendo en el mismo mundo solo que en diferentes dimensiones y que podrían despertar con el paso del tiempo y recobrar sus poderes entre los humanos.
Elliot era un hombre brillante y muy soñador. Siempre había aspirado en conocer el mundo y su historia. Su alma era aventurera y bastante rebelde.
Su padre Henry Kuhn era el médico más reconocido en Munich, Alemania. Cuando era joven, Elliot siempre había deseado ser como su padre, pero con el tiempo se dio cuenta de que había una misión en él que no simplemente era salvar personas, si no que tenía que cambiar al mundo. Eso pensaba a diario y era su motivación diaria, aunque la gente se burlará de él por ser como era. Él aún tenía la esperanza de poderle hacer un bien a la humanidad mediante las antiguas historias de cada país.
Un día viajo a Grecia en busca de un nuevo proyecto, que era encontrar más información sobre cada Dios mitológico y también sobre cómo era la historia y por qué existieron.
Cuando conoció el Olimpo pudo admirar varias esfinges de cada Dios y empezó a escribir en su diario sobre ellos. Los rostros de cada metahumanos eran realmente personalizados e intrigantes. Sobre todo el de la diosa Hera quien se veía con un rostro lleno de frivolidad. <<" ¿Cómo era posible que cada Dios tuviera una expresión diferente en cada figura? ¿Cómo era que no cambiaban de expresión?">>. Se preguntaba Elliot mientras observaba todo con claridad.
De repente una luz brillante color rosa fluorescente inundo el Olimpo y empezó a darle color.
Elliot observo con claridad el lugar donde provenía aquella luz que se sentía tan atrayente y cálida a la vez. Sus ojos fueron cautivados por aquella energía que provenía de aquella puerta cerca del trono de Zeus.
Al abrirla se llevó una grata sorpresa, al ver a una figura de piedra de una hermosa mujer, que tenía los ojos cerrados y parecía que dormía eternamente. Pero lo que le llamo la atención a Elliot de aquella figura fue que seguía respirando, se sentía su respiración helada que recorría sus cabellos color castaño.
La mujer tenía una rosa roja en las manos, que esta estaba viva y sin ser de piedra. El brillo rosado provenía de aquella belleza de flor, y la fragancia de su aroma impregno el lugar por completo.
Elliot empezó a sentir curiosidad sobre la rosa que estaba brillando en las manos de aquella mujer, agarro la florecilla con delicadeza. Entonces la rosa empezó a abrirse cada vez más y una luz dorada resplandeció y se dirigió hacia el cuerpo de la doncella, la cual empezó a moverse con cuidado y abrió los ojos.
Y después de ello la mujer miro a su alrededor con la rostro adormilado y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Parecía que había sufrido bastante tiempo mientras dormía.
La joven sorprendida veía todo el lugar y después sus enormes ojos cafés se encontraron con los azulados ojos de Elliot quien estaba frente a ella impactado al ver una belleza tan descomunal como la de aquella mujer de piedra.
-"Disculpa ¿quién eres tú?"-. Preguntó Elliot sin quitarle la mirada de encima a la chica.
Amara desvío su mirada y no le contesto instantáneamente, solo se levantó de donde estaba; empezó a caminar y Elliot la siguió.
-"He dormido durante 1,000 años. El Olimpo ha cambiado drásticamente y mi padre se ha convertido en una antigüedad"-. Balbuceo Amara mientras miraba con nostalgia el rostro de Zeus.
-"¿Eres Amara la diosa de la purificación?"-. Después de haber visto bien el rostro de la chica pudo identificar que era aquella diosa que tanto admiraba y veía en sueños.
-"Solía serlo"-. Respondió fríamente mientras empezaba alejarse de aquel joven.
-"He leído bastante sobre ti. Eres importante en la mitología griega, de hecho nunca llegue a imaginar lo hermosa que eres, y claro tampoco imagine lo bondadosa que eras con los humanos. ¡Gracias a ti existen los corazones puros!"-. Admirado y amable empezó a platicar E lliot. Seguía emocionado al ver a una de las diosas más imponentes del Olimpo.
-"¿Bondad en los humanos? Ustedes jamás conocerían de bondad ni de corazones puros. Son vacíos, crueles y frívolos. Es por eso que planeo deshacerme de ustedes, ya que son una plaga"-. Contestó esta sarcásticamente y embozando una sonrisa irónica torciendo de boca de lado.
-"Claro que existimos humanos con bondad. Yo sé, no todo el mundo es santo ni puro, pero es que por eso somos imperfectos, Amara. Porque de nuestras imperfecciones hay belleza"-. Le menciono Elliot para calmarla.
-"No, ustedes no conocen de eso. No saben amar"-. Le respondió Amara sintiendo como sus palabras le herían y sus recuerdos sobre Kaleb le pesaban.
-"Amamos como no tienes una idea. El amor es lo que nos permite vivir, pensar, sentir y ser libres. Déjame mostrarte el significado de nuestros sentimientos, así verás que no te miento al decirte que en nuestras almas existe bastantes cosas buenas. Sí, he leído que te enamoraste de un humano cuyo nombre era Kaleb el guerrero de Zeus, quien jugo con tus sentimientos y te condeno a una eternidad de soledad y odio. No dejes que él odio florezca en tu corazón puro, querida Diosa"-. Le comentó Elliot mientras tomaba las muñecas de Amara quien se rehusaba a verlo a los ojos.
Al sentir la calidez de Elliot, empezó a sentir como su inseguridad empezaba a disminuir cada vez más. Y acepto a ir con él.