Me levanté del sofá con la espalda dolorida, extendiendo los brazos como una bella princesa.
- Buenos días Princesita - me dijo mi hermano, que venía acompañado de Rocky, nuestro perro, y un bol de cereales con frutas. - Desayuna hermanita que llegaremos tarde.
Asentí lentamente, intentando de asimilar los hechos que sucedieron anoche.
No puedo conducir. Bueno si, pero no quiero. Ya no.
- Hermano, ¿me puedes llevar tu al insti? - pregunté.
- Claro, como en los viejos tiempos. - dijo despeindome más de lo que ya estaba.
- ¿Te refieres a hace 2 años? - reí.
- Demasiado tiempo princesa, demasiado tiempo. -
Me encogí de hombros y subí a vestirme. Por algún motivo, abrazar a mi hermano y dormir sobre su pecho siempre me calma. Es como cuando me peleaba con mamá pero después me posaba sobre su pecho acurrucada, durmiendo como un muggle miserable que soy.
Me puse un vestido de flores y por una vez en mi vida me solté el pelo para ir a clases. Unas bailarinas muy monas iban al juego con el vestido.
Bajé las escaleras y fui directo al asiento del copiloto.
<...>
- Nos vemos en el almuerzo - me despedí de mi hermano abrazándole.
Parecía que todo volvía a la normalidad.
- Amb por el amor de Dios - gritó Madison. - cuanto tiempo.
Veréis. Madison se fue hace un año, por negocios de su padre, parece que está de vuelta, más guapa que nunca.
Sonreí.
- Madison, ¿qu-que haces tu aquí? -
Se extrañó, secándose el sudor de las palmas.
- Ah, no lo sabes aún. - se dio la vuelta y se marchó.
Tampoco estaría ahí esperando a que volviera, la verdad es que me daba igual todo.
Primera hora, Literatura.
Volver a ver a Evans me hacía pensar que la vida está en mi contra. Lleva en mi contra una semana entera.
Perfecto. De nuevo me quedé pillada, y en lo que me pareció un segundo, Evans apareció a mi lado. Hablándome como si fuera a escucharle.
- Muñeca, hoy, tu y yo, en mi casa - fue lo único que llegue a entender.
- Ni en las peores de las pesadillas Evans - reaccioné nada más escucharlo.
Ni me di cuenta de que estaba gritando, levantada de mi sitio, hasta que vi que todo el mundo nos estaba mirando.
Me senté incómoda por la situación.
No encajo. ¿Porque no encajo? ¿Porque no me dejo llevar? Al fin y al cabo la gente hace este tipo de cosas. ¿No?
El timbre sonó y en menos de que nemo desapareciese recogí todo, agarrando a Evans por la espalda.
- Tengo sólo dos horas, hoy ayudo a mi hermano a limpiar.- dije pudiendo notar como una sonrisa nada agradable se dibujaba en su rostro.
No respondió y se fue. Se marchó por esa puerta. Y por un mísero segundo en mi vida, no me sentía como un trozo de mi***a podrida.
Me sentía bien. A gusto. Como si me hubiese quitado un peso de encima.
Matemáticas.
Newt estaba a mi lado, supongo que manteniendo las ganas de matarme como podía. Su mirada no era de odio, más bien de decepción.
La miseria volvió a invadir mi cuerpo. Cada vez que me daba igual que yo fuera de Evans, algo peor pasaba y me volvía a recordar lo cutre que es mi vida.
Me cansé de verlo mirándome cuando pensaba que yo no lo estaba viendo, así que, aunque me llevaría un discurso o algo de parte del director, o peor, llamarán a mi padre, me levanté furiosa haciendo chirriar la silla.
Estar con Evans me estaba viniendo peor, ahora parezco la señorita Evans. Sólo pasó una semana maldita sea. Ya se está apoderando de mi ser.
- Newt levanta el culo, profesor - miré en su dirección - tengo que hablar en privado con Newt, es una cosa muy privada, y si decide castigarme adelante. -
Agarré la mano de Newt y salí fuera de la clase.- ¡¡Estas loca!! - chilló, - ¿porque haces esto? , te comportas raro Amb. -
Le tapé la boca.
- Calla y escucha antes de que me castiguen. - asintió y logré apartar las manos de su rostro -
Suspire, después cogí un buen bocado de aire.
- Tu collar lo tiene Evans, lo siento de veras pero estaba lloviendo y el me llevó acasa y después me quitó el collar y me dijo "Ahora me perteneces" y no supe cómo decírtelo, lo siento de veras, ese collar también es importante para mí y lo sabés. - le conté, pestañeando cada milisegundo.
Se rió. Literalmente se partió de risa.
- Te encanta el drama Amb, el diablo no te necesita, con perdón, pero me apuesto lo que quieras que tiene a miles a sus pies. Literalmente todo el instituto Sheridan piensa que es el tío más buenorro.
Y tenía razón, ese chico tiene a una tonelada de fans que le siguen el culo a todas partes. Por fin pude estar tranquila. No me quiere para nada. No soy su tipo. No soy ni tan alta, ni tan guapa, ni soy su zorra particular. No soy nada suyo. No le pertenezco. El es material denominado aire. Los verdaderos problemas son problemas como el cáncer no rayadas de cabeza.
- Tienes razón - reí - entonces ¿amigos?
- Amigos no. Mejores amigos. -
<...>
Una mano tocó mi espalda mientras iba camino a los baños de las chicas.
-Hola, Amb ¿te acuerdas de mi? -
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Buscando Problemas
FanfictionPresentar a tantas clases sociales que representa el instituto Sheridan costaría siglos. Nadie pertenece a todo y todos pertenece a nada. Digamos que en la primera existen sólo 3 chicos. Si el maldito género masculino es el cabezilla del instituto...