Las ruinas de Ciudad República.

3.8K 189 10
                                    


El cielo se encontraba despejado, ni una nube opacaba el brillante azul que cubría a los marineros, ni rastros de la terrible tormenta que agitó los mares la noche anterior, el mar se encontraba calmo y parecía un día perfecto para pescar, los hombres iban y venían por la pequeña embarcación preparando las redes que iban a lanzar al agua.

- Todo listo capitán. Decretó uno de los pescadores.

- Lancen la red. Ordenó el hombre de barbas blancas, el marinero con más edad y experiencia, el capitán Tanaka, todo marchaba con normalidad hasta que se escuchó una exclamación de uno de sus marinos.

- ¿Qué ocurre Will? Preguntó el viejo capitán al más joven de sus hombres que se encontraba asomado por la borda del barco señalando algo en el agua.

- ¡Allá! Parece ser una chica.

Las tupidas cejas blancas del capitán se juntaron mientras el hombre intentaba enfocar el objeto que era señalado por sus pescadores, efectivamente, en el mar se podía divisar lo que parecía ser un témpano de hielo del grosor de un colchón de cama y con forma ovalada encima del cual reposaba el cuerpo de una joven mujer de tez morena, la chica parecía estar dormida o inconsciente, no respondía a los llamados de los marineros, confundidos y alarmados decidieron mandar a uno de sus hombres con un salva vidas con el fin de revisar el estado de la misteriosa chica, el capitán observó de forma atenta mientras se llevaba acabo el rescate.

- ¡Está viva! Afirmó el pescador al llegar a ella, luego de cerciorarse de que no tuviera heridas aparentes la tomó entre sus brazos para llevarla hacia el barco, Tanaka arrugó la nariz sin despegar su vista del témpano de hielo ¿De donde había salido esa chica? ¿De donde había salido semejante trozo de hielo? Los polos se encontraban demasiado lejos de esas aguas, no había manera de que hubiese llegado flotando desde aquellos territorios hasta donde estaban, a penas iniciaba el otoño, cualquier trozo de hielo se habría derretido antes de llegar ahí, una vez en el barco la chica fue llevada al dormitorio del capitán donde se le dejó reposar.

- ¿Qué haremos con ella? Preguntó uno de los marinos al capitán.

- Pregunta más absurda, hay que volver al puerto, no sabemos en que condiciones se encuentra, necesita atención médica, la dejaremos en el puerto y volveremos al mar de inmediato a continuar con la pesca, no podemos darnos el lujo de perder el tiempo pero tampoco podemos dejarla sin atender.

Lentamente comenzó a abrir los ojos ¿Dónde estaba? Suspiró, su mirada era borrosa, sus pensamientos confusos, su cuerpo estaba entumido y dolorido.

- Maldición... - Musitó cubriendo sus ojos con la mano derecha, hacía tiempo que no se sentía tan apaleada ¿Había ido a un entrenamiento? No, ya había terminado con eso, lentamente se enderezó en su lugar, al recuperar la visión comenzó a mirar alrededor, se encontraba en una extraña habitación de madera, no parecía un lugar conocido, bajo ella había un cómodo colchón, algo maltrecho y manchado pero a comparación con otras camas en las que había estado esta era una de las mejores.

- Veo que has despertado. – Se escuchó una voz femenina, al dirigir su mirada al marco de la puerta divisó a una pequeña de cabello castaño y ojos claros, sus vestimentas lucían limpias ¿En donde demonios estaba?

- Pareces confundida ¿Te duele algo? El médico te examino y concluyó que no tenías ningún trauma físico aparente.

¿Médico? Dios, no tenía ni idea de lo que esa joven mujer hablaba.

- Estoy bien. – Acertó a responder, al parecer su mirada la delató frente a los ojos de la pequeña chica pues esta sonrió de forma cálida y se acercó para tomar asiento en la silla que se encontraba enseguida de la cama.

Futuro InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora