UN PASEO INESPERADO
Leandro me había mandado a aprender a montar a un caballo, mientras él, se quedaba hablando con Elisabetta sobre las funciones de ser un miembro de la hermandad.
-Antes de que os vayáis, después de haber completado eso, Gilberto sabrá que hacer, síguele, de momento te va a entrar en lo más simple, como aún es de día estaréis hasta la noche, así te podrás empezar a formar.-
-De acuerdo.-
-Me encargaré de enseñarla meser Leandro pero también de protegerla como siempre he hecho.-Gilberto esbozó una leve sonrisa y me miro, sus ojos verdes tirando a oliva eran algo que no pude olvidar ni quería olvidar, allí estaba él mirándome.-
-Sofía, ¿Venís conmigo hasta el establo?, allí empezará tu instrucción.-
-Sí, vamos, no tendrá que ser tarea tan complicada.-
-Adio Leandro.-
Gilerto se dispuso a caminar, yo le seguí de cerca, estaba a su lado, caminábamos al mismo paso, ya que no había prisa, teníamos tiempo para que yo aprendiera lo más básico.
Mientras nos dirigíamos a los establos observé lo hermosa que era la villa, Eli había hecho un buen trabajo con los bocetos, pero, tampoco podía dejar de mirar a Gilberto, su coleta larga que llegaba hasta los hombros, su pelo castaño claro, y su gran alegría...¡Qué estaba diciendo!, ¡No es propio de mí!, ¿Por qué?, no me puede estar sucediendo...O sí...
-¿Estáis bien Sofía?.-
-¿Eh?, claro, no es nada, no os preocupéis.-
-Os noto algo callada, no habéis dirigido palabra desde que salimos por la puerta, es algo raro en vos.-
-Solo estaba pensando...-
-¿En qué?.-
-Llevas aguantándome durante tanto tiempo, ¿Por qué no os habéis cansado?, soy un estorbo para casi todo el mundo, pero tú...Es algo que me desconcierta, ¿Por qué queréis proteger alguien tan irritante como yo?.-
En ese momento Gilberto se llevo la mano a su pelo y se apartó un poco su flequillo.
-Bueno, es algo muy simple, solo que...Aún no es el momento de que lo sepas...-
-¿Saber qué?.-
-¡Mira!, esta villa es lo bastante grande como para aguantar milenios sin ser destruida, ¿No te parece?.-
Él cambio de tema tan rápido que no pude volver a hacerle la misma pregunta, ¿Qué sería aquello que guardaba con tanto secretismo?.
-Es posible y probable aunque no sepa mucho de arquitectura.-
-Me alegro de que estés aquí y realmente sepas quien eres aunque haya sido costoso de asimilar, te entiendo perfectamente.-
-Saber que tú eres un miembro de la hermandad de asesinos, que Eli no era mi amiga, que mi padre era el jefe y que Leandro también es un asesino es algo bastante difícil de asimilar.-
-Lo imaginaba aunque, es cuestión de adaptación, y tú puedes con ello, lo se.-
-Nadie ha tenido nunca tanta confianza en mí...¿Por qué tú sí?, si tan siquiera me conoces bien.-
-Llevo siguiendo tu pista desde que tenía 12 años, se más de ti de lo que tú realmente crees.-Gilberto hizo una leve risa, su voz era grave pero a la vez muy dulce y...Creo que debería de qui
tarme estas pequeñas tonterías de mi cabeza pero...No pude evitar reírme con él.-
-Siempre tan puntual, ¿No es cierto?.-Sonreí ampliamente.