Una noche tenebrosa, estaba yo con mi novio en el campo cuando de repente nos invadio una inmensa niebla. No se veía nada y se me entremecia el cuerpo pues no sabía quien pudierá por ahí aparecer en cualquier momento. Caminaba a ciegas junto a mi novio sin saber por donde iba. De repente de nada sin saber como, una mano misteriosa me rozo el hombro. Fue tal el susto que sali corriendo todo lo que me permitierón mis pies y mi novio hizo igual. A lo lejos se oían las pisas tan fuertes que parecia que alguién nos seguia . Gracias a Dios dimos con el coche que lo teniamos aparcado en un lugar no muy lejado y nos metimos dentro. Cerramos todos los pestiños del mismo y nos quedamos inmovilizados a la espera.
FIN DE LA PRIMERA PARTE.