Solo un segundo en mi vida
Me encontraba en una habitación pequeña. Tenía un gran ventanal por el que entraba mucha luz. El suelo era de madera oscura y las paredes blancas lo que hacía parecer más grande la habitación. Muchas estanterías rodeadas de libros la recorrían y colgados en la pared se podían ver numerosos premios y diplomas. Había tres sillas, en una estaba yo, en otra estaba sentado el doctor Narváez. Él era un hombre al que ya se le empezaban a notar los años. Tenía la espalda ancha y los rasgos muy marcados. Llevaba unas gafas para ver de cerca a través de las cuales se percibían unos los ojos azules que me miraban fijamente. Yo le devolvía la mirada desafiante.
Yo no quería estar allí, estaba por obligación pero no la obligación que te obliga a ir al colegio, que sabes que es algo razonable y bueno, a mi más bien me habían llevado a rastras.
-Dime tu nombre.
-Becca.
-No
-¿Cómo qué no?
-Ese no es tu verdadero nombre.
- Ahora si
-No es lo que consta en mi registro, aquí pone Rebeca Ágora Cortés.
-Nadie me llama así.
-¿A no?
No entendía por qué me lo preguntaba, la verdad es que me daba igual pero no me apetecía responder, yo solo me quería ir y ponerme a estudiar porque tenía varios exámenes la semana que viene así que no respondí.
-He hecho una pregunta, lo más normal sería responder
-No soy NORMAL
Hubo un silencio, me miró fijamente y apuntó algo. ¡Mierda! Ahora estaba segura de que esto iba para largo.
-¿Tienes pensado responder? ¿Estás segura de que nadie te llama así?
-Mi madre.
- Aja.
-Mi abuela.
- Aja.
-Mi abuelo.
-Aja.
-Mis tíos.
-Y tu padre supongo.
-Mi padre no me llama.
-Eso es un punto importante. ¿te apetece hablar de ello?
-No veo que tiene de importante, mi padre, es decir, ese hombre al que no le importo se largó de casa y nos abandonó. Ahora, hasta donde yo sé, está con una chica de con pocos más años que yo que es igual que mi madre de joven y que además también se llama Gema.
Tras escuchar esto su cara se tornó un poco preocupada y se quedó pensativo. Volvió a apuntar algo en su ridículo cuadernito rosa. Yo solo pensaba que si yo fuera psicóloga sería mucho más profesional que ese tío.
