13 de agosto de 2015
Las mañanas de Sidney eran una completa mierda, más cuando tenías que presentarte en la corte a escuchar como unos cuantos hombres de avanzada edad con sus trajes caros juzgaban tu comportamiento. ¿Qué eran unos cuantos rayones en una pared? Era arte maldita sea.
Camine hacia la parte de enfrente en donde uno de los señores me entrego un papel. Mi padre estaba del otro lado del lugar, sabía que me iría muy mal cuando llegara a casa y ni hablar de mi madre, preferiría quedarme en la cárcel que escuchar sus malditos sermones acerca de madurar. Tenía apenas 19 años ¿Qué clase de madurez podría tener? No había embarazado a ninguna chica aún, debería tenerla contenta con eso. Aunque, a decir verdad, eso era lo que menos le preocupaba, ninguna chica se le acercaba al perdedor de Luke Hemmings.
—¿Entonces cuanto tendré que pagar para que me saquen de aquí? — Pregunté directamente al abogado de la familia al ver como este revisaba los papeles
—Creo que esta vez no será una salida fácil muchacho, te van a mandar a hacer algo que créeme, no querrás hacerlo —
Me acerque más a él para poder tener un alcance de las hojas "SERVICIO COMUNITARIO" ¿Qué clase de mala broma era esta? Le arrebate el pedazo de papel y caminé hacia el juez haciendo que la gente se percatara de mis actos.
—¿Qué ... esto va en serio? — Pregunté entre risas
—¿Qué acaso cree que yo estoy jugando? Van 3 veces en este mes que lo han pillado en las calles rayando paredes
—Es arte — respondí
—El arte se puede plasmar en cuadros, en cuadernos, blocs de dibujos hombre, esto que haces es vandalismo — traté de defenderme, pero me detuvo —Tu castigo, si así quieres verlo son 170 horas de servicio social en el orfanato de Mozambique, ahí podrás enseñarles a los niños lo bello que es el arte, tenga un buen día señor Hemmings y si no hay nada más que decir puede retirarse, hay casos que en realidad si son importantes
Mordí mi labio a punto de decir muchas cosas, pero ese no era el momento. Esto no había sido cosa del juez, ni siquiera de la policía en sí, estos habían sido mis padres ¿querían mandarme a un maldito orfanato todas mis vacaciones para deshacerse de mí? Pues ahí lo tenían, lo habían logrado.
...
—¿Tengo que ponerme un traje naranja mientras recojo botellas y pedazos de papel alrededor del orfanato o tengo que hacer dibujitos con los huérfanos? — pregunté una vez llegando a casa
—¿Podrías dejar de ser un maleducado por alguna vez en tu vida Luke? Solo queremos que encuentres tu camino y si el arte es lo que te gusta entonces saca provecho de eso
—Esto no es por mí — reí —Desde que mis hermanos se fueron lo único que han querido es que me vaya también y como soy un bueno para nada que la única forma que tiene de deshacerse de mi es muerto o en prisión pues ¿Por qué no mandarme a un orfanato unos días no? Pero voy a volver —amenacé — y prometo que seré peor
Camine haciendo el mayor ruido posible hacia mi habitación, tenía que ducharme y dormir un buen rato, el olor a cárcel no me iba bien.
...
Encendí un cigarro sentándome en el borde de la ventana de mi habitación, extrañaría hacer esta mierda. ¿Qué se suponía que tenía que llevar a ese maldito lugar? Seguramente lidiaría con miles de historias de como todos esos niños fueron abandonados por sus padres cuando eran unos bebés, supieran que hay peores formas de pasar su niñez, como, por ejemplo, tener a sus padres cerca, pero ellos ni siquiera los noten.
Apagué el porro al escuchar unos golpes en la puerta de mi habitación, salte por la ventana seguido de rosear un poco de desodorante en la recamara, si algo no quería en este momento era que supieran lo que solía hacer por las tardes en mi habitación.
—La cena esta lista Luke—Aviso mi madre desde el otro lado de la puerta
—Bien, ya bajo —respondí dejando todo en orden — Vaya sí que huele bien, espero que me hayas puesto algo de esto para el viaje mañana, sí que estoy entusiasmado — Escuche como mi padre dejaba caer los cubiertos sobre la mesa y sabía que mi trabajo estaba hecho.