Siempre me ha fascinado ver la lluvia. Sobre todo escucharla. El sonido de las gotas cayendo en las ventanas y en las aceras. Esa tranquilidad que te da al solo sentarte y escucharla. (Claro, obviamente no una de esas tormentas que te hacen pensar que en ese mismo momento es el fin del mundo.) Me gustan los abrigos enormes, las botas de hule con patrones chistosos, y el sonido de la lluvia al caer en los paraguas.
Esa tarde era una de esas. Sentada ahí, en Starbucks. (Era como mi tercera vez ahí en toda mi vida, pero por alguna razón a mis amigas les gusta juntarse ahí a hacer trabajos.) Ahi estaba yo, sentada junto a la ventana escuchando el disco de "The Very Best Of Cat Stevens."
Es un gusto culposo, pero en momentos así, (y yo se que todo el mundo lo hace) yo me sentía en mi propio vídeo musical. Ahí sentada junto a la ventana, viendo la lluvia dramáticamente, escuchando una canción acústica-hacellorar. Como cualquier vídeo musical, yo estaba sentada en una cafetería muy bonita, con el sonido de la lluvia en el fondo y un artístico café en mi mano.
Claro, el sonido de un carro pitando me regreso a la realidad. La realidad era: Estaba escuchando el disco de "The Very Best Of Cat Stevens.", pero con un audífono descompuesto y la lluvia era tan fuerte que no podía escuchar la música (ni mis propios pensamientos), mi "artistico cafe" era en realidad un frappe con mi nombre mal escrito (¿Quien escribe "Alerxandra" en vez de "Alexandra"?) y traía puesto mi incomodo uniforme.
Aun así, yo estaba feliz de estar ahí, tomando un rico café.
De repente, escuche que la puerta se abrió, y volteé. Un chico de cabello güero como el sol y ojos azul celeste apareció en la puerta y dirigió su mirada hacia mí... Nah. Es broma. Solo eran mis dos mejores amigas, Meredith y Riley Jean.
-¡Lexie!- Dijo Riley Jean corriendo a darme un abrazo. Sonreí.
-Riles, parece que no la has visto en 2 años, nos vimos hace 2 horas en la escuela.- Dijo Meredith riendo y sentándose en la silla en frente de mí. Riley se acomodó a mi lado y empezó a sacar sus cosas de su mochila.
-¿Por qué la tardanza, sinvergüenzas?- Les pregunte. Entonces Riley empezó a explicarme que tuvo que quedarse en detención por salirse a mitad de clase de Cálculo para correr a la biblioteca antes de que sonara el timbre, porque quería llegar antes que Jeremías Davenport, un chico de un año abajo que nosotras, que siempre le gana a Riley los libros que ella quiere. Meredith tuvo que esperarla porque se iban a ir juntas.
-¿Saben? Me estaba preguntando porque les gusta tanto venir a Starbucks a hacer tarea, así que hice una pequeña investigación. Resulta que Starbucks no nos vende café, nos vende una "experiencia". Son detallistas, te dan un espacio agradable, demasiado agradable, para que nunca te quieras ir. Con bonita decoración, aire acondicionado, olor a café. Cuando vas a Starbucks, no recuerdas tanto lo que tomaste, sino más bien el buen rato que pasaste, la manera en que te trataron, como lucia el lugar.
Meredith se rio y Riley hizo cara de ofendida.
-¡He vivido engañada!- Puedes adivinar quien dijo esto.
Te preguntaras, ¿Por qué no simplemente se juntan en una casa a hacer un proyecto? Es más complejo de lo que piensas. Mi casa: No había nadie y por alguna razón no tengo llaves de mi propia casa. Casa de Meredith: No tiene Wi-Fi porque sus papas están convencidos de que esta generación de jóvenes no sabe hablar cara a cara por culpa de los "aparatos". Casa de Riley: Vive hasta el otro lado de la ciudad. Ninguna tenía carro.
Starbucks te da Wi-Fi gratis. (Claro, por educación te compras algo.)
Me pare a pedir bebidas a mis amigas y cuando regresé Riley estaba haciendo una torre de popotes y Mer estaba en su celular. Recuerdo haber pensado "Con que amigas llegue a parar."
Las pláticas con ellas son la cosa más divertida y random en este mundo. Sobre todo cuando estamos cansadas. Muchos en nuestra escuela de verdad piensan que a veces nos tomamos algo pero solo se necesita combinar 4 proyectos, exámenes a la puerta, desveladas y 3 mejores amigos (Nico, Ollie y Vincent, que aparecerán en un rato.) que parecen niños chiquitos y todo el tiempo quieren hacer cosas.
Esa tarde, despues de avanzar el proyecto por un rato, platicamos sobre páginas ilegales para descargar música, ballenas, frutas ricas, sobre porque los globos deprimen las fiestas, el musical "Wicked" y porque Elphaba (Idina Menzel) tiene la mejor voz del universo entero.
Al salir de Starbucks empezamos a caminar, cada una en sus propios pensamientos.
-Me he preguntado cual será el sinónimo de "sinónimo"- Dijo Riley en voz alta. Fruncí el ceño. Buena pregunta.
-Igual, semejante.- Dije.
-Analógico, equivalente, paralelo.- Dijo Meredith subiéndose a un barandal de metal y caminando como en una cuerda floja, subiendo los brazos haciendo equilibrio.
-¿No creen que la calle está un poco sola?- Dije mirando alrededor.
Todas nos paramos.
-Si.- Dijo Riley.- Que miedo.
De pronto vimos a un señor que daba mucho miedo en la esquina, recargado en su viejo Mustang.
Meredith sonrió maliciosamente y en ese momento supe que estaba a punto de hacer una locura.
-¡DISCULPE SEÑOR!- Gritó.
-Mer, no.- Dije tapándome la cara mientras Riley se reía al lado de mí.
Ya ni vi la expresión del señor porque me hice la que no estaba con ellas.
-Buenas tardes señor.-Dijo Riley, sonriéndole y saludándolo con la mano. El señor solo hizo una pequeña seña un poco escalofriante con la mano que supongo que significa "Buenas".
-¿Podría decirnos que hora es?- Pregunto Mer gritando. (Recuerda que el señor estaba hasta el otro lado de la calle.)
El señor se hizo el que no escucho nada y empezó a caminar para otro lado.
-SEÑOR POR FAVOR, SOLO QUEREMOS SABER LA HORA, TENGA ALGO DE COMPASION POR ESTAS TRES POBRES Y PERDIDAS SEÑORI....-Riley grito hasta que la interrumpí, poniendo una mano en su boca.
-¡Riley!- Dije seria. Aunque esa expresión no duro tanto, porque como siempre, aunque yo no me atreva a hacer cosas así, siempre me hacían reír.
-Uhhh, son las 9:30.- Dijo.
-Grazzie.
-¡GRACIAAAAS!
-Gracias señor.
Te dejo a que adivines que dijo cada quien.