Cap. 14

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Era el último día de clases, y para mi suerte no reprobé ninguna materia, ¿y qué ha pasado? Pues...

Le conté a mi hermana que me iba a Madrid, pegó un grito que casi revienta mi celular.

Le conté a mis padres mi sexualidad, mi mamá dijo que ya lo sospechaba y lo aceptó, mi papá lloró y me dejó de hablar unos días (porque soy su único hijo varón, y para el colmo de el tiene novio) pero al final lo tuvo que aceptar y él también lo sospechaba. Les presenté a Manu por Skype y les pareció un chico simpático.

Mi otra hermana se echó a reír, y como es cliché, ella también lo sospechaba.

El resto de mi familia se enteró por boca de mis padres, y me daba igual si ellos lo aceptaban o no, total, yo no dependía de ellos.

Mis amigos me fastidiaban a cada rato diciendome "¡Felicitaciones! ¡Vas a perder tu virginidad en Madrid!" Y todo ese tipo de cosas, al igual que mi subconsciente, con ese también discutía bastante frente al espejo.

—Chicos —estábamos en el auditorio del instituto, y en este estaba hablando el director despidiéndose de los alumnos —felicitaciones a los de último año que se graduaron, a los que pasaron de año, y los que tienen que recuperar materias en septiembre, os digo —este también hablaba castellano como todos los profesores, la única persona que me gustaba que hablara castellano era Manu, me encantaba como lo hablaba, es sumamente seductor y atrayente —, que se pongan las pilas y estudien mucho este verano si no quieren repetir el año. Sin más preámbulos, que comience la cuenta regresiva.

—10 —dijimos todos los alumnos al unísono —,9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 ¡HOLA VERANO!

Y ahí se veía todos los alumnos corriendo como animales hacia la salida del instituto, y yo como ser de Dios, salí caminando hacia la salida, aunque estábamos pegando gritos, andábamos normal.

Nos fuimos a la plaza donde me di el primer beso con Manu para poder hablar más tranquilos.

—¿Me van a ir a despedir mañana, no?

—Claro que si —respondieron todos al unísono.

—En serio quería pasar el verano con ustedes, pero lamentandolo mucho no podía despreciar esta oportunidad de ir a Madrid, y mucho menos no ir con Manu.

Todos ellos se miraron a los ojos de forma pícara y yo sabía que me iban a decir:

—Prepara ese culo Fernando —me dijo el muy descarado de Daniel y las otras dos riéndose.

—Ajá, sí, que gracioso. Bueno, yo me voy a mi casa porque no he empacado absolutamente nada. Recuerden mañana en el aeropuerto a las nueve de la mañana, por más que les duela levantarse temprano. Sin más, adiós, hasta mañana chicos.

—Bye —dijeron.

Llegué a mi casa y empaqué casi todo mi armario, ya que no tengo mucha ropa, pero Manu me dijo que allá íbamos a comprar mucha ropa, a lo cual yo me opuse porque yo no iba a llevar mucho dinero, entonces me dijo que el iba a pagar todo, por lo cual me volví a oponer porque el gasta mucho en mi, pero él me convenció al final.

Estaba comiendo con mi familia, y como siempre mi abuela dándome el sermón de que me cuide mucho, que Dios me bendiga y todo eso.

No pude dormir casi toda la noche por la ansiedad de que al día siguiente iba a Madrid, por lo cuál me puse a hablar con Manu por Skype, hicimos una agenda de lo que íbamos a hacer al momento de llegar a Madrid, pero me quedé dormido.

Día del vuelo. Estábamos mi abuela, mi hermano y yo muy apurados, ya que quedaba media hora para que Manu me pasara buscando y para que llegara el taxi de esos dos, ya que yo quería mi privacidad en el auto de Manu.

¿Cómo Sería? (GAY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora