Una chica puede equivocarse, cometer errores. ¡Claro! Somos humanos, no somos perfectos, los cometemos muy seguidos.
Mi error quizá fue algo tan sencillo, como no cumplir una promesa, una promesa que me protegía, que me iba a cuidar.
Mi error fue cr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de aquel fin de semana, (fin de semana donde le dije te quiero a David), llegue a mi casa, mis padres no habían notado mi ausencia, creo que me había parecido lo más triste de ese fin de semana, pero no tan triste como para opacar lo vivido en aquella playa, fue un fin de semana hermoso.
No nos besamos, no nos vimos desnudos, nada como pensé que pasaría.
Fuimos a la playa, entramos al mar, vimos películas, fuimos al pueblo que quedaba cerca. En pocas palabras disfrutamos uno del otro.
El miércoles de la semana siguiente, fui a su casa, su madre me ofreció ir de vacaciones con ellos, la pequeña Julieta se lo había pedido con insistencia, al igual que David, aunque él lo había negado.
Así que pedí permiso, esa vez prestaron más atención que antes, su repuesta fue la misma.
Así que empaque maletas y tome un taxi a la casa de David.
Al llegar, todos estaban listos, bueno casi todos, Julieta tenía un lío de vestidos, no sabía cuál llevar y su madre ya no sabía qué hacer, así que subí a su habitación para ayudarla y poder empezar ese viaje tan ansiado por mí.
Flash Back
—Hola Juli
—Sofí— dice ella y corre a abrazarme, le correspondo el abrazo
—Juli, ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué no bajas?
—Es que no sé qué llevar— dice haciendo pucheros, es un amor esta niña —Y mamá no ayuda mucho
— ¿Yo te puedo ayudar?
—Claro— dice riendo
—Bien, pues manos a la obra pequeña
Pasaron unos veinte minutos y ya listas con la maleta de Julieta, bajamos sonriendo, subimos la maleta a la camioneta de sus padres, se sube David, su padre y Julieta, mientas que Marian, me da las gracias y se sube en frente, dejando un puesto atrás con Julieta a mi izquierda y una ventana a mi derecha.
Me subo y Jackson, el padre de David y Julieta, empieza a conducir.
Este sería un verano que recordaría el resto de mi vida, lo sabía.
Y lo fue, un verano que había marcado un antes y un después. Un cometario que desataría una guerra, que abriría la caja de pandora y la decisión que cambiaría mi vida.
