Seis y media de la mañana suena el despertador en el departamento número cinco del cuarto piso, del edificio Hundert situado a dos cuadras de la estación de trenes de las afueras de la ciudad. Un joven levanta el brazo derecho en la odisea de buscar el molesto aparato que no ha dejado de sonar hace aproximadamente veinte minutos. Resignado por el intento fallido de encontrar al maldito desgraciado se recuesta sobre su lado izquierdo apoyando su cabeza en el brazo del mismo lado y observa a la dicha bestia que ruge sin cansancio alguno sobre la mano de la mujer parada junto a la mesa de noche. Su madre.
-Nos ha despertado a todos en el piso, si pones el despertador ten el descaro de apagarlo para que los demás podamos seguir durmiendo. Es lunes, cariño, levantate.-sin más que decir apaga el aparato, lo coloca sobre la cómoda que se encuentra junto a la puerta y se retira encendiendo la luz.
-Eres una...-
-Adorable mujer que te ha dado la vida, levántate o juro que mandare a Christopher a por ti.-grito la mujer desde la cocina. Harry se sienta en el borde de la cama restregándose los ojos para luego comenzar a estirarse tal como las pequeñas bestias de su hermana a las que les llama mascotas. Abre las puertas del armario, toma lo que Su le preparo para ponerse hoy y lo coloca sobre la cama para luego entrar al cuarto de baño. Ya vestido y rumbo al comedor observa su aspecto en el espejo del pasillo, es idéntico a su hermano en muchos aspectos físicos pues claro que lo es, son gemelos, pero él, por otro lado, no ve lo parecido ni siquiera en el lunar ubicado en la mejilla izquierda cerca de la comisura de sus labios que ambos poseen. Lo única diferencia que solo su madre puede distinguir es el color de sus ojos, Christopher los tenia un tono más oscuro que él.
-Deja de buscar las mil y un diferencias, ya te lo he dicho hermano, soy más atractivo que tú en las mil y dos diferencias que puedas llegar a encontrar.-ahí va de nuevo, cada mañana se resume a eso, su madre con el despertador en la mano junto a la puerta, él maldiciendo el aparato, la ducha, la ropa y el desayuno con su hermano molestándolo. Pero esta mañana no le importaba en lo absoluto que su vida sea rutinaria desde la pérdida de su padre en junio del año anterior. Ya no lamentaba la perdida sino que la aceptaba, al fin y al cabo no obtenía nada al lamentar el haber perdido a su padre, el ya no regresaría.
Esta mañana ignoraba todo lo habitual y lo único que rondaba por su mente era aquel departamento que estaba por comprar, era la llave a la libertad e independencia que hace seis años debió tener pero aun era un niño. No veía la hora de tener en sus manos las llaves.
Camino al centro de la ciudad observaba a las personas subir, bajar, sentarse, pararse, al niño de un año, aproximadamente, llorando en los brazos de su padre vestido de traje y con el móvil pegado en su oreja. A la mujer mayor platicando con su acompañante, una joven que fracasaba en su intento de colocarse los auriculares. Todos ajenos a todos, excepto él que observaba a todos y cada uno de ellos por simple aburrimiento. Una mujer de mediana edad vestida de abrigo de pana, labios color carmín y un sombrero acorde a su saco, tomo asiento frente a él observando al muchacho a su lado, vestido de deporte y una campera de lo que sería el uniforme y colores de su escuela, el desprecio se asomaba en sus ojos, aparto la mirada del joven y la posiciono en él.
-Fría mañana, ¿No cree, joven?-pregunto dedicándole una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Durante toda su vida le había desagradado ese tipo de personas tal cuales eran las amistades de su madre y hermana, personas que por tener dinero creían tener más derechos y ser más que alguien que no vestía traje, hoy el vestía traje, aparentaba ser uno de ellos así que sonrió y asintió para luego fingir interés en el paisaje fuera de la ventana del tren.
-
-Bien, señor Styles, a partir de mañana puede comenzar la mudanza. En nombre de nuestra inmobiliaria y de los señores Westrom, le agradezco y le deseo que tenga buena vida, mis saludos a su hermano y disfrute de su departamento.-le decía el señor Armando de la inmobiliaria donde compro el departamento mientras le estrechaba la mano cerrando el contrato de venta con los papeles bajo el brazo. A pesar de todo, su hermano vendría con él unos meses hasta encontrar un lugar cerca.
"Sera agradable vivir en la ciudad." Pensó.
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The Park (Harry Styles)
FanfictionDos personas totalmente diferentes. Ella, divertida, libre y alocada en una manera diferente a las demás personas. Él, responsable, pórfido y atrapado en su pasado tratando de marcar una diferencia. Tras un pasado difícil su vida se basa en vivir de...