Una chica puede equivocarse, cometer errores. ¡Claro! Somos humanos, no somos perfectos, los cometemos muy seguidos.
Mi error quizá fue algo tan sencillo, como no cumplir una promesa, una promesa que me protegía, que me iba a cuidar.
Mi error fue cr...
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Llevábamos varias semanas de viaje, recuerdo que mis padres me llamaron muy pocas veces. Recuerdo que me asustaba cuando veía sus números llamando, así que contestaba muy rápido y notaba cierta impresión cuando respondía. Casi siempre llamaba mamá, me preguntaba como lo estaba pasando, me decía que me cuidara del sol y que si necesitaba dinero usara la tarjeta de crédito. Un día entendí sus llamadas tan inesperadas cuando no colgué la llamada y mamá siguió hablando
Flash Back
— Bueno cariño, que disfrutes, adiós
— Adiós, mamá — digo sin colgar la llamada esta vez
— Tengo que cambiarle el nombre a Sofia, la he llamado siempre que intento hablar con Sofía Reynolds
— Debes cambiarlo, poner Sofia no es un buen nombre de contacto, no cuando haces negocios con otra Sofía. Escribe su nombre al revés o con Z para que sea el último contacto que te aparezca— escucho decir a mi padre
— Tienes razón, ya hago eso — Silencio — Sigo en la llamada, demonios
Mamá cuelga
Entendí las llamadas y después de ese día deje de recibirlas, bloquee a mi mamá para que no pudiera llamarme más y no perdiera tiempo de sus negocios.
En el primer mes del viaje, me divertí demasiado. La familia de David era muy divertida y amorosa. Ellos me hacían muy feliz.
***
5 semana del viaje...
Ese día íbamos a la playa, Julieta se había emocionado tanto cuando sus padres nos avisaron una noche antes, recuerdo como ella me tomo la mano y corriendo me dirigió a la habitación que compartíamos para que la ayudara con su ropa.
Así que ambas elegimos nuestra ropa para ese día, nos muy levantamos temprano, nos preparamos y mientras sus padres buscaban las sillas para playa, yo peine a Julieta, haciéndole una trenza como una corona y dejando su cabello castaño suelto. Después de que yo terminara de peinarla, nos subimos al auto para ir a la playa.
Al llegar acomodamos todo, me quité el short de jean que llevaba junto a la blusa azul pastel, aun no logro olvidarlo. Aplique bloqueador en Julieta y en mí y pase el bote a David quien nos miraba sonriendo.
Después de eso entramos al mar. No recuerdo cuanto duramos dentro de este, solo sé que Marian nos llamó para almorzar. Julieta corrió donde sus padres dejándonos solos con las olas, David me dijo que saliéramos del agua y así lo hicimos.
Jackson había dejado una nota en las sillas de playa, estaban en un restaurante de la playa, así que me puse de nuevo mis shorts y la blusa azul pastel que llevaba, mientras David se colocaba una camisa, tomé unas sandalias en la mano al igual que él y empezamos a caminar al restaurante.
Flash Back
Vamos riendo camino al restaurante donde están sus padres, nos faltaba poco para llegar. Escucho risas detrás de nosotros, volteo a ver y veo a unas chicas más delgadas que yo en bikini riéndose.
— ¿De qué se ríen? —pregunto un poco a la defensiva.
—De tu gran trasero— dice una y se ataca a reír, frunzo el ceño ¿Y estas de donde salieron?
— ¿Qué les pasa?
—A nosotras nada, nosotras estamos preciosas mi vida, en cambio de ti— sonríe burlonamente la pelirroja— Como que te pasa algo o bueno te pasaste con algo Cof Cof Gorda Cof Cof — dicen riendo más fuerte
Me arden los ojos, de impotencia, de rabia, de miedo de saber que eso podría ser verdad, pero no les daré la satisfacción de verme llorar, no a unas chicas que no tienen ni idea de lo que dicen y que no tendrán ni media neurona. Siento los brazos de David abrazándome por los hombros y susurrando en mi oído "Tranquila, estas hermosa"
— Hola guapo, ¿Qué haces con esta gorda, no te apetece algo más lindo y un cuerpo más delgado? — dice una castaña, apretando su busto y deslizando sus manos por su cintura hacia su trasero
David la ignora, se da la vuelta aun abrazándome por los hombros y empezamos a caminar.
—No, les hagas caso, eres hermosa, recuérdalo- dice, yo simplemente asiento con la cabeza y seguimos hacia el restaurante.
Aquellas chicas, que no las culpo. Bueno en realidad si lo hago, gracias a ellas la guerra empezó, fue la gota que necesitaba mi copa para desbordarse. La gota que inicio la inundación.
