LA BRUJA DE MEDIANOCHE

9 1 1
                                    


Sus cabellos dorados brillaban por el día, sus ojos verdes destacaban en la oscura noche. Al bonito claustro del monasterio  iba ella todas las mañanas junto a su inseparable caballo blanco. Los monjes que allí vivían decían que la habían visto cantar con los pajarillos, peinarse su larga melena... pero sólo uno, el más joven, la vio a la luz de la luna, galopando con su caballo. Todas las medianoches del último día de cada mes, ella salía hacia Trasmoz. Juan, el joven monje, le seguía hasta el cementerio donde ella entraba. Cuando un día los dos se cruzaron por el camino, el muchacho se enamoró de ella. Era más bella de lo que todos pensaban. La muchacha con voz suave le dijo: -Ya sé que me amas, pero tú eres monje y yo, una bruja. El chico, al enterarse de lo que era en realidad, sacó un puñal de plata que le había dado su padre, y con mucho dolor en el corazón, la mató para no seguir sufriendo por su amor.

Al día siguiente, a medianoche, los otros monjes oyeron un grito que parecía ser de Juan. El sonido provenía del claustro. El joven se había tirado al pozo. Ahí estaba también la dama a lomos de su caballo. Los monjes quedaron hipnotizados al mirarla a esos ojos tan profundos, que habían matado de amor a Juan. Uno a uno, los monjes se fueron tirando al pozo al igual que el joven.

Se dice que algunas personas que viven cerca del monasterio oyen los llantos y las agonías de los monjes, y ven galopar a la bruja de medianoche junto a su caballo el último día de cada mes.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 05, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mis MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora