Aún no [Historia Corta]

Primer fic Joshifer, espero que les guste.

Respeto las decisiones de Jennifer y Josh, son personas, merecen respeto y las personas a las que aman.

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—Así que, tuviste un buen día, —escucho al otro lado de la línea después de mi relato de la fiesta. Sonrío al escuchar el tono amenazador.

—Ey, no sucedió nada de lo que debas preocuparte, —le aseguro mientras voy por una lata de Coca-Cola con el celular entre mi hombro y oreja. André batió la lata seguramente y por eso al abrirla se derrama sobre el suelo de la cocina. Insulto en voz baja y ella me pregunta qué sucede.

—No es nada, sólo debo limpiar luego.

—No vas a hacer eso, Joshua, —la escucho quejarse de mi pereza; sólo quería hablar con ella, el líquido derramado no se iría de allí, ella sí. —Limpia lo que sea que se cayó, hablamos luego, ¿sí?

Suspiro. Es difícil mantener esto cuando estamos tan lejos debido al trabajo, pero definitivamente vale la pena. —¿Mañana a la misma hora?

—Claro. Te quiero.

—Y yo a ti.

Y finalmente escucho el sonido que indica que ya colgó. Debía llamarla en momentos en que ambos estemos libres y despiertos, con eso de la diferencia horaria de España. Claudia es importante para mí, es una chica increíble y agradezco tenerla a mi lado (hipotéticamente hablando).

Encuentro el trapeador y empiezo a pasarlo sobre lo derramado, suelo ir sin zapatos en casa y no es de mi agrado tener el piso pegajoso. Al terminar me acuesto en el mueble y cojo el celular. No tengo trabajo que realizar, y después de este mes estaré más que ocupado con todo el elenco de los Juegos del Hambre. Aunque no me podía quejar de la compañía, podría ser peor.

Sam, Jena, Francis, Liam, absolutamente todos son muy amistosos. Y bueno, Jen es como una hermana para mí. 

El celular suena y atiendo con una sonrisa. —Justo terminé, tenemos la tarde para-

—Revisa la pantalla antes de contestar, idiota, —me contesta una voz burlona, la reconozco de inmediato.

—¿Me extrañas ya? Estar con Liam sin mí debe ser demasiado para tu pobre corazón, —respondo con la misma energía mientras me tumbo de nuevo en el sofá.

—Sí, me hace falta un chaparro a quién joder.

—Ja ja ja, que risa, Jennifer, —respondo sarcásticamente.

Ella ríe un poco y hago lo mismo, cuando ella se detiene, yo también. Ambos quedamos en un relajante silencio; no hemos hablado en mucho tiempo, es reconfortante escucharla de nuevo.

—Feliz 21, tonto, —ella suelta finalmente, —lamento no haber llamado pero-

—Ocupada, lo entiendo. La gran Jennifer Lawrence se olvida de sus amigos y más queridos compañeros de reparto.

—No jodas, Josh, —ríe ella.

Dios, amo su risa.

El pensamiento saltó de la nada en mi cabeza. No es nuevo, Dios sabe que he pensado en ella de formas en las que no debería, pero Claudia está conmigo y se siente de erróneo de alguna forma.

—Eh, ¿y cómo has estado?

Me cuenta de su día, y yo del mío, de lo que ha hecho desde que nos vimos por última vez y de lo difícil que será tener tiempo libre después de las ruedas de prensa de cada película que va a protagonizar, y más de En Llamas, que es una franquicia inmensa. Está aterrada.

Trato de calmarla, como suelo hacerlo. Pero algo nuevo está en el aire, es como si nuestra amistad pasara de hacer tonterías juntos a algo un poco más centrado, profundo. Me agrada.

—Y, —se aclara la garganta— ¿cómo está Claudia?

Nunca hemos mencionado a nuestras parejas, es incómodo. Somos una pareja en escena, hablar de la gente que realmente comparten ese tipo de amor es simplemente raro. Era algo así como una regla explícita: No mencionar a Nicholas. Pero ella la había roto ahora.

—Oh, ella está bien. Nada que destacar. ¿Nicholas?

—Bueno, Nick, eh... Es complicado.

Empezaba con lo de la relación intermitente y lo odiaba por eso. Jennifer era una payasa, bromista, buen humor, divertida, pero en lo que amor refiere, uno podía darse cuenta solo: Jennifer era una romántica. Una chica no debía pasar por eso, una relación inestable e insegura. Un día te quiero, al otro no.

Pero supongo que comprendo: no tienen tiempo, no pueden compartir algo serio por ahora, y la inseguridad los ataca a ambos. Y luego de ese pequeña pausa a su relación las cosas ya no son las mismas; Jen no es la misma.

—Lo odio.

—¿Ah?

—Oh, no, nada, —trato de borrar las palabras que escaparon de mi boca. Que idiota.

—Nick, ¿cierto? Lo sé, Josh. No lo mencionas nunca, frunces el ceño y no me miras a los ojos cuando alguien lo menciona frente a nosotros, —ella explica. Y eso podría malinterpretarse de muchas maneras.

—Es sólo que eres mi amiga, Jen, y...

Sí, campeón, claro.

Jennifer ha sido un imposible desde que la conocí. No le presté atención porque la veía como un imposible, pero al grabar nos hemos acercado de una forma increíble. Llegué a pensar en ella como en cualquier otra, pero he llegado a entender que es diferente. Jen es diferente para mí. Pero Nicholas ha estado en medio. Y Claudia está aquí, no debería quedarme en el pasado.

—Entiendo, Josh. Gracias, —y su forma de decirlo simplemente toca mi corazón.

—Eres importante.

—Y tú para mí.

Y es lo más cercano que me he sentido de ella, sin importar las escenas románticas y los besos compartidos.

—¿Cuándo nos veremos? ¿Noviembre? —pregunta ansiosa. Al parecer sí me extraña.

—No lo sé, pero aún no, Jen, —digo algo triste.

—Aún no, —repite en voz baja.

Pero esa era más que la respuesta a cuándo nos veríamos.