(PV Keima)
Ignoré los gritos de la gente, se supone que no debía entrar al bosque, que debía ser paciente y seguir con mi trabajo, pero mi corazón me decía que Melchor estaba en peligro.
Abrí mis alas y me fui hasta el punto donde se acordó la reunión, encontrando una escena peor a la de cualquier pesadilla.
El Maestro Raphael con una enorme cicatriz en su brazo casi como si se lo hubieran arrancado, Uriel con la cara llena de sangre y Melchor.....con una pierna torcida.
Aterricé e ignoré las voces de los demás, tan pronto toqué a Melchor mi brazo comenzó a llenarse de veneno.
Dolía....y mucho
Pero no era nada comparado con la herida de los demás.
Jero nos mostró el camino de regreso, Mikael llevaba al Maestro Raphael sobre su espalda, Gabriel-san cargaba a Uriel en sus brazos y yo usé toda mi fuerza para sujetar a Melchor de las caderas.
- ¡Lucifer!- escuché la voz de Lilith.- ¡Nosotros cerraremos el bosque por completo!
- ¡Tan pronto lo cierren vuelvan al Infierno!- respondió.- ¡Todos los demás deben regresar! ¡Nadie va a quedarse aquí! ¿Entendido?
- ¡Sí, Maestro!- respondieron ella y Dantalion.
--------------
- ¡Abran paso!
Todos los Ángeles en el pasillo terrenal se alejaban al ver al Todopoderoso seguido de seis personas infectadas y Lucifer pisándole los talones, volando a toda velocidad hacia una habitación escondida. Cuando abrió la puerta el lugar estaba a oscuras, pero tan pronto entramos una serie de velas nos rodearon, iluminando una sala llena de calderos gigantes.
El Todopoderoso tronó los dedos y tres calderos se llenaron de agua cristalina.
- ¡Quítense la ropa y entren dos en cada uno!- dijo el Todopoderoso.- ¡Luci quema esa ropa antes de que el veneno se esparsa!
- ¡De acuerdo!
Le quité la ropa a Melchor y lo ayudé a entrar a uno de los calderos, ya que apenas podía moverse o siquiera mantenerse consciente . Los demás hicieron lo mismo, cada uno preocupado por la salud de sus compañeros ignorando el veneno que los invadía, Gabriel-san se quitó incluso la venda pero entró al caldero con los ojos cerrados sosteniendo a Uriel quien seguía sangrando, no sé si su ojo fue atacado o si sufrió un corte profundo, pero por ahora debía ayudar a Melchor, me alegra que Gabriel-san la esté cuidando, pero aún estoy furioso con todos por permitir que esto pasara, aunque al ver a Raphael en esas condiciones supongo que, lo que sea que los atacó era mucho más poderoso de lo que imaginaban.
Entré al caldero y sostuve a Melchor, quien estaba gimiendo de dolor. El agua me quemaba en las partes donde tenía esas manchas moradas, la habitación se llenó de quejidos y gemidos de dolor.
Lucifer quemó todas las ropas mientras el Todopoderoso preparaba una poción en un caldero pequeño sobre la única mesa que había, luego vertió el liquido en seis botellas y estas volaron hacia cada uno.
- ¡Bebanlas antes de que culminemos el ritual!
Tomé una de las botellas y traté de dársela a Melchor, pero estaba apretando los dientes para no seguir gritando.
- Melchor, vamos tienes que beber.- le dije.
- grrr.- gruñó antes de quedar inconsciente.
- ¡Vamos Melchor!- lloré asustado.
- ¡Keima dáselo en la boca rápido!- me dijo Lucifer.- Si comenzamos el ritual sin que tomen esa poción será peor.
Me puse nervioso, vi que Gabriel le daba la poción a Uriel poco a poco aunque la chica tosía y vomitaba un líquido negro, Mikael en cambio bebió la poción y se la daba al Maestro Raphael en la boca, no tenía otra opción que imitarle, bebí y obligué a melchor a que abriera la boca con mi lengua, me mordió varias veces pero logré que bebiera toda la poción. Luego tomé la mía y ya todos habían terminado.

ESTÁS LEYENDO
Mi Angelito Inmortal
HumorMi nombre es Keima, Un chico me dijo que había muerto y ahora era un aprendiz de ángel guardián. No sé qué sentir ahora, pero creo que no me molesta. Lo que me intriga es que en mi primer día de trabajo un hombre me besó reclamandome como su pareja...