Día 26.

212 27 1
                                    

  Visite Mar del Plata hoy. Camine por las calles por un rato largo, solo inhalando los lugares por los que una vez pasaste, imaginando que estabas aquí conmigo, agarrando mi mano.

Después de vagar por la cuidad, de mala gana me decidí a visitar tu antigua casa. Cuando llegue a la puerta, tu madre me recibió con sus brazos bien abiertos, al igual que Lara, con quien luche para quitarla de encima de mi. Te juro que tu hermana tiene la fuerza de un chimpancé.

Hablamos mientras tomábamos té, y les pregunte como había estado. Ellas estaban tratando de mantenerse firmes y de pie Micaela, pero es difícil para todos nosotros. Tampoco te sientas culpable, ellas lo superan, son fuertes y saben como hacerlo. Soy solo yo quien no estoy seguro de poder hacerlo. Soy el único que se debería sentir culpable, y cuando le dije esto, ella se negó a escucharme hablar así y que si íbamos a estar hablando de quien tenia la culpa me tenia que ir.

Camine hacia a la puerta y me fui.

No creo que ella había espero que me fuera, por que la escuche llamar mi nombre desde la entrada, pero la ignore mientras me subía a mi auto.

Estaba llorando tanto que tuve que parar en la ruta, recibiendo pitidos fuertes y frías miradas de las personas que pasaban por ahí. Pero no me moleste en ver ni oír nada de eso. Lo único que podía ver era a ti, Micaela. Podía escuchar tu voz, hablándome, y eso fue suficiente para hacer que me tranquilizará, así que pude manejar a salvo el resto del camino a casa.  

99 días|| Brunaela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora