Una chica puede equivocarse, cometer errores. ¡Claro! Somos humanos, no somos perfectos, los cometemos muy seguidos.
Mi error quizá fue algo tan sencillo, como no cumplir una promesa, una promesa que me protegía, que me iba a cuidar.
Mi error fue cr...
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Después de aquel día de vomitar y quedar dormida en el baño, empecé hacerlo más seguido, todas las noches, comía poco y a la madrugada iba a deshacerme de aquello. Lo hice todas las semanas siguientes a excepción de la última en la cual David empezó acompañarme por las noches a ver películas, jugar algo o simplemente ver las estrellas en el patio de aquella casa. Una semana donde tuve que ser fiel a una promesa, una promesa que sería rota días y meses después.
Las primeras semanas de haber entrado al instituto, David había estado más lindo que antes, tenía cierto brillo en los ojos que a veces me atontaba más de lo normal.
Un día saliendo del instituto, me encontré con dos chicas de primer grado quienes me dieron una rosa cada una, sonreí y dije una "gracias" a lo que sonrieron y se fueron, al caminar unos pasos más y a punto de salir escuche que me gritaban, así que voltee y vi un cartel que decía "Hola, Sofía. ¿Te puedo preguntar algo?"
Así que Sonreí y grité un "Puedes preguntar"
Dos chicos llegaron y me pidieron que volteará y vi a David junto a un grupo de personas sentadas en piso, arrodilladas detrás de estas y paradas frente a las arrodilladas, cada uno con una cartulina de diferente color, empezó una canción que en ese momento no logre descifrar y uno a uno fue volteando su cartel, haciendo que una pregunta tan esperada por mi apareciera "¿Te gustaría ser mi novia?" David saco detrás de su espalda un peluche de un Wombat del norte*. David sonreía y me miraba fijamente. Sonreí ampliamente antes de gritar "Me conseguiste un Wombat, si eso no es amor no sé qué es"
Flash Back
—¡Claro que me gustaría ser tu novia! — grito después de mi comentario sobre el Wombat
David sonríe y corre hasta donde estoy, me alza en sus brazos y yo me rio, me baja suavemente y me besa. ¡Dios! ¿Hace cuánto esperaba esto? Hace meses, pero las cosas pasan cuando deben pasar y me alegro de que hayan ocurrido.
— Te quiero— susurra David en mis labios
—Te quiero
— ¡Que viva Dafía**! —escucho a alguien gritar
—Que viva— escucho gritos y aplausos, beso una vez más a David y sonrió
Tengo un peluche de Wombat y al chico que quiero ¿Qué más puedo pedir?
¿Amor propio? ¿Lealtad a promesas? ¿Carácter? Eso era lo que escuchaba en mi mente. Sin embargo, al saber que el instituto estaba ahí, mirándonos y celebrando que dos de las personas más populares eran pareja, supe que no nos criticarían, que estábamos en los estándares, que estábamos bien, así que hice caso omiso a mis pensamientos y disfrute del día más feliz de mi vida porque sabía que nadie nos juzgaría.
