Capítulo 59.

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Diamantes Oscuros.

Capítulo 59.

En mi llegada a la entrada de la ciudad, puedo sentir un ambiente completamente distinto al que había estado respirando las últimas dos semanas. Camino despacio, entrando al tren con mi maleta grande y mi boleto en mano.

-Buenos días- saluda en francés, un hombre corpulento de unos cuarenta años, quien parece bastante amigable.

-Buenos días- saludo con la gracia suficiente, porque mi francés es pésimo y sigo arrastrando la pesada maleta.

Entro al tren y me siento en el primer asiento que veo disponible, yo no sabía que sería una tragedia caminar con una maleta que tiene básicamente toda mi vida dentro.

Había estado viajando durante largas horas y sólo quería llegar a la casa que L'Oreal ofrecía a las chicas "nuevas". El tren comienza a moverse y coloco mis audífonos, colocando básicamente cualquier canción que aparezca en el reproductor. El tren se detiene después de un rato y jalo los cables para poder guardarlos y arrastro la maleta hacia la salida.

Bienvenida a Paris, Luna.

** **

La casa es enorme y me siento más feliz ahora que sé que las habitaciones son individuales y al más precioso estilo que L'Oreal puede ofrecer a sus nuevas modelos. Me lanzo sobre la cama y pronto me encuentro acomodando mis cosas en los muebles. Mi teléfono comienza de pronto a vibrar con locura.

-¿Diga?

-¿Por qué no contestas? Estuve a punto de marcar al número de tu jefe.

-Shelby, lo lamento, llevo un buen rato sin señal y pensé que mejoraría antes de entrar a la casa, pero no lo vas a creer, ¡es preciosa!

-¿De verdad? ¿Qué tal están todas esas modelos guapísimas?

-No he visto a nadie, al parecer todo el mundo está en sesiones y ese tipo de cosas.

-¿Qué estás haciendo?

-Voy a terminar de desempacar y dormir por un rato; mi reloj está descontrolado.

-Te entiendo, siempre que viajo me pasa, ¿puedes hablar mañana y subir fotos de cada maldita cosa que te pase por la vista? Necesitamos saber de nuestra chica.

-¿Todos?- pregunto, al no ver llamadas de ninguno de mis amigos.

-¡Hola, Luna!- saludan un montón de voces.

-Aquí tienes a todos marcando desde mi número, hemos preparado una comida en honor a tu nueva vida, ¿no es de locos?- sonrío, tocando mi corazón.

-Los extraño a todos, gracias por uhm... ¿Reunirse en mi honor?

-¡Te queremos!

-Bien, chicos, me voy, que esa cama no va a arruinarse sola. Besos.

Suelto el teléfono con una tristeza enorme y consigo terminar de llenar los cajones de ropa, mis muebles están repletos de fotos de mis padres, mis amigos y pronto encuentro una foto de Liam que olvidé romper. Ambos estábamos abrazados sonrientes en aquel bar, cuando Liam decidió que podría ser lo suficientemente estúpida para creer que estaba enamorándose de mí.

-Esa es una cara triste para tan bonita foto- levanto la vista y me encuentro con una chica tan delgada como hermosa, un rubio natural y cualquier cosa que una chica soñaría poseer.

-Recuerdos que deben ser olvidados pronto, hay que llenar estos muebles, ¿no es así?- le sonrío, soltando la foto en un bote de basura.

-Soy Colbie Groove- me ofrece la mano y yo la acepto.

Diamantes oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora