41

1.2K 61 1
                                    

Pese a intentarlo e intentarlo varias veces, mi madre no contesta al timbre. Empiezo a pensar que le ha pasado algo así que no tardo mucho en llamarla.

-Mamá, estoy aquí en Alicante, ¿dónde estás?-

-Álex, ¡cómo se te ocurre ir sin avisar!- me recrimina ella. No sabía que ibas a venir, me dijiste que no ibas a poder venir en vacaciones y me he ido de crucero con tu padre.-

-¿Cómo de crucero?- empiezo a flipar.

-Sí, estoy ahora mismo en Mallorca, y mañana veremos Ibiza.-

Vale, ahora me estoy dando cuenta de que no me está bromeando.

-Pero mamá, ¿y yo ahora qué hago?-

-Tienes llaves del piso, quédate allí todo el tiempo que necesites, yo hasta después de año nuevo no llegaré.-

Mi boca poco a poco va formando una enorme O y mis ojos comienzan a abrirse hasta el punto en el que debería preocuparme de que no se salgan.

-Vale mamá, buen viaje.-

-Igualmente cariño, y ¡Feliz Navidad!-

-Igualmente mamá.-

Bueno, es hora de volver a la realidad, está empezando a llover y por muy gorda que sea esta chaqueta, no creo que pueda aguantar mucho más. Saco las llaves de una de las maletas y subo a poder relajarme.

Vale intento fallido, llevo 20 minutos aquí y no puedo aburrirme más.

Al fin doy con la manera de no aburrirme, que es volver a dormir, aunque por mucho que me cueste, al fin lo consigo

Me encuentro sentado en una butaca de un treatro, voy arreglado y parece ser que no hay nadie más. Los focos se apagan y la silueta de una mujer de pelo rizado aparece en el escenario. Comienza bailando, lo que parece ser uno de los típicos bailes del Crazy Horse.

Sigue su actuación y yo enciendo uno de mis cigarros y me acomodo más en el asiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sigue su actuación y yo enciendo uno de mis cigarros y me acomodo más en el asiento.
El número continúa y en mi pantalón empieza a notarse la enorme erección que tengo.
La mujer parece terminar su espectáculo, baja del escenario acercándose a mí, el ruido de los tacones altos chocando contra la madera de las escaleras me pone aún. Llevo una mano a mi entrepierna y la froto mientras con la otra doy la última calada al cigarro antes de apagarlo. Me levanto y empiezo a desabrocha todos los botones de mi casa hasta dejar el pecho al descubierto. La extraña figura y yo nos encontramos bajo la escalera del escenario. Le agarro el culo e intento llevar mi mano a su entrepierna mientras nos besamos apasionadamente, sus besos me resultan familiares. Parece ser que sus manos tampoco pueden estarse quitas y llevan una mano a mi pecho mientras que con la otra agarra mi cara.

-Embrasse moi.-

Aparto la cara y miro mas detenidamente a la figura.

-¿Sofía?- le pregunto al reconocer las facciones de su cara.

De la nada me despierto y me veo en la habitación de mis padres con la respiración alterada. Otra vez había vuelto a soñar con ella, no es la primera vez que me pasa. Bajo la vista y parece ser que a mi "amigo" le ha gustado mucho el sueño. Me quito toda la ropa hasta quedarme totalmente desnudo. Acomodo la almohada al cabezal y empiezo a masturbarme pensado en el sueño que acaba de tener, aún puedo imaginar mis dedos adentrándose en su feminidad mientras que a ella no le sales ñas palabras, solo pequeños gemidos. Pienso en lo humedo que está y lo cachondo que me pone Sofía. Comienzo a acelerar mi mano y noto como me voy a correr. Sigo y sigo hasta que un gemido sale de mi al acordarme de como me comía la polla la primera vez que lo hicimos, su lengua revoloteva por su boca mientras me chupaba el glande. Cierro los ojos para visualizar ese momento con mayor nitidez, y al fin acabl corriendome sobre mi abdomen, la mejor corrida de mi vida. Mi respiración poco a poco vuelve a la normalidad mientras aún tengo mi mano sobre la polla masajeandola.
Sonrio y continuo frotandome, me encanta.

Sigo así un rato, me meto a la ducha y me vuelvo a arreglar, cómo dice la canción, es sábado y no estaré sólo, salgo de fiesta a por el puerto, me apetece beber, escuchar música, llegar tarde y mañana no acordarme.
Llego a la discoteca, es una discoteca de reggaeton, aún que yo soy más de R&B y electrónica, la música latina me encanta y me hacen recordar mucho mi infancia. La mayoría en esta disco son suramericanos. Me hago amigo de un grupo que parecen tener mas o menos la misma edad que yo. Comenzamos a beber y a beber, y contra más bebo, mi voz poco a poco se pierde. Lo último que recuerdo, es mi cubata número 8 y dos porros, es una de esaa discotecas sin techo para que la gente pueda fumar sin problema.

Pensamientos Oscuros | Libro Erótico | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora