—Pareces una diosa pagana, con la piel tan blanca y tan suave... No deberías taparte nunca, todo el mundo debería tener derecho a verte tal y como te estoy viendo yo ahora mismo.
A pesar del frío del hielo, ______ se sintió invadida por una oleada de calor que se extendió hasta el ombligo y los senos. Las extremidades perdieron su fuerza y se le hicieron extrañas, como si ya no pudiera dominarlas. Aunque se fiaba de Harry, sentirse tan indefensa le resultaba un poco aterrador. Si él se marchaba en ese momento del piso, ella se quedaría allí hasta que... hasta que mandaran a alguien del trabajo a ver si pasaba algo cuando no apareciera por la oficina el lunes por la mañana. O hasta que se pusieran en contacto con la persona cuyos datos había facilitado al rellenar el formulario de solicitud de empleo para los casos de urgencia... «¡Dios mío: mamá!»
La idea de que fuera su madre quien la encontrara de esa forma, desnuda y atada, le resultaba demasiado horrible como para planteársela. Apartó aquel pensamiento de su mente y se centró en escuchar. ¿Qué hacía Harry ahora?
Un cambio en las corrientes de aire hizo que cayera en la cuenta de que se había arrodillado delante de ella. Primero le colocó las manos en la parte interna de los muslos y le separó aún más las piernas, y luego hizo lo mismo con los labios de su sexo. ______ se quedó esperando, convencida de que iba a empezar a acariciarle el clítoris. Enseguida notó la calidez de sus labios sobre su sexo.
—¡Oh...! —gimió antes de gritar—: ¡Ay! —el tacto inesperado de un cubito de hielo en el clítoris la llevó a separarse de Harry de un salto.
Él sabía que reaccionaría así. Le recogió las nalgas con una mano y la acercó de nuevo mientras, con la otra, volvía a localizar el punto de placer. ______ experimentó de nuevo la calidez de su lengua.
Alerta ahora, permaneció tensa a la espera de que abriera la boca para rozarle el maldito hielo. No tuvo que esperar mucho. Los labios de Harry se retiraron y a continuación notó el frío del cubito medio derretido entre los labios de su sexo.
Como esta vez ya lo esperaba, ______ no dio un salto al notar la gélida presión. Él contó hasta tres antes de volver a besarle el clítoris.
______ comprendió entonces el ritmo que Harry quería marcar, y se relajó. Calor, frío. Frío, calor. El contraste era... estimulante. Calor, frío. Frío, calor. Empezó a mecerse adelante y atrás en un movimiento que contrarrestaba el de la boca de Harry. La temperatura de su sexo aumentó y él pareció percibirlo a juzgar por el sonido del hielo que dejó caer en la bañera. Retomó de inmediato la tarea de lamerle y succionarle el clítoris con avidez. Con sus enormes manos le masajeó los glúteos mientras empleaba la lengua para juguetear con el pequeño pliegue superior de los labios de su vulva.
______ comenzó a jadear al tiempo que le apretujaba el pubis contra la cara. El clítoris, ya completamente erecto, sobresalía como si se tratara de un minúsculo pene que Harry se introdujo en la boca. ______ tiró de las esposas, agitada por el orgasmo.
Él tensó los brazos al abrazarla por las caderas justo cuando ella perdía el control de las piernas. En aquella posición, con las manos enganchadas, y sostenida por el abrazo de Harry, resultaba imposible que se cayera. Durante el tiempo que duró la explosión de placer, cegada por los chispazos, ______ se contrajo arropada por Harry antes de dejar caer la cabeza con todo su peso.
______ no fue del todo consciente de que Harry le retiraba las pinzas y abría las esposas. Se dejó caer sobre él, que la cogió en brazos y la trasladó hasta el dormitorio, la depositó en la cama y le retiró la venda.
—Hola —dijo al abrir los ojos.
—Hola —respondió él mientras le apartaba el cabello de la frente—, ¿qué tal estás?
—Genial.
—¿Hemos satisfecho la fantasía? —preguntó con una sonrisa.
—Yo diría que sí. —______ cerró los ojos de nuevo.
—Oye, no te me quedes dormida —protestó Harry. Luego le dio unas palmaditas en la mejilla—: aún no hemos comido.
—¿Comer? ¿Qué hora es?
—Ya es más de la una. ¿Adonde te apetece que vayamos?
______ se dio un minuto para pensarlo
—¿Qué estás haciendo?
—Una cosa estupenda, ya lo verás.
La abrazó mientras le subía las tiras hasta pasárselas por encima de las caderas desnudas.
Aquello era una especie de arnés con una tira que le pasaba entre las piernas. Le separó los muslos y situó sobre el pubis algo que parecía hecho de plástico, le abrió los labios del sexo y le introdujo el objeto, que le apretaba el clítoris y la hendidura.
—Pero ¿se puede saber que es eso?
—Tú fíate de mí, ______. Sé que te va a gustar. —Harry le retiró la venda—. Ya está, échale un vistazo.
Con la falda aún levantada. ______ miró hacia abajo. Descubrió una pieza de plástico de color azul colocada de modo que le cubría todo el vello. Se giró para mirarse en el espejo del vestidor: el objeto tenía forma de mariposa, y era azul, al igual que las tiras. Parecía más bien la braga de un biquini. Luego se tocó la parte que Harry le había introducido entre los pliegues.
—¿Es un vibrador?
Harry sonrió y asintió.
—¿Cómo se enciende? —preguntó ella con el ceño fruncido.
La sonrisa de Harry se tornó burlona.
—Así —respondió mientras se daba unos golpecitos sobre el bolsillo de la chaqueta.
—¿Tiene mando a distancia? —en cuanto se imaginó lo que eso significaba, ______ se quedó alucinada—. ¿Quiere eso decir que puedes encenderlo cuando estemos por ahí comiendo?
—Sí —respondió absolutamente encantado con la idea.
______ lo miró a los ojos y luego volvió a observar la mariposa azul en el espejo. La idea de que el vibrador empezara a funcionar mientras estaban fuera hizo que le aumentara la temperatura corporal.
—¿Nos vamos? —preguntó él al tiempo que le tendía la mano.
______ se bajó la falda y aceptó la invitación. Se entretuvo un segundo para coger el bolso y luego, tras cerrar la puerta con llave, echaron a andar hacia el ascensor. Los señores Guzman estaban esperándolo también. Sus caniches, Sasha y Gigi, se movían inquietos. Jacob Guzman les dedicó una sonrisa a Harry y a ______.
—Mira, Lois, es ______ con su nuevo novio.
La joven se sintió emocionada al oír que se referían a Harry como a «su novio». Él le apretó la mano. ______ sonrió y dio paso a las presentaciones:
—Señores Guzman, éste es Harry... —de repente se le trabó la lengua al darse cuenta de que no recordaba su apellido.
La mirada de Lois Guzman se volvió inquisitoria.
—Harry Styles —continuó él al rescate antes de extender la mano para saludar—. Siento mucho haberlos despertado anoche.
Jacob Guzman correspondió a su saludo.
—No pasa nada. Lois y yo también fuimos jóvenes hace tiempo —Jacob le dio un codazo a su mujer—, ¿verdad, cielo?
Ella continuaba escrutando a Harry como si fuera una jueza que observa a un acusado de asesinato. ______ apretó el botón de bajada, impaciente por que llegara el ascensor.
—¿A qué se dedica usted, señor Styles? —preguntó Lois.
—Soy policía, señora Guzman —dijo con una sonrisa triunfal.
—¿Ah, sí? —el tono de la anciana se dulcificó considerablemente.
Por fin se abrieron las puertas y ______ dejó escapar un sonoro suspiro de alivio. Las dos parejas y los perros se subieron al ascensor, que volvió a cerrarse silenciosamente.
______ se esforzó en buscar algún tema de conversación inocuo que pudiera evitar el interrogatorio de Lois. Sin embargo, antes de que pudiera abrir siquiera la boca dio un salto, sobresaltada. Harry había puesto en marcha el vibrador azul.
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Una chica mala (Harry Styles)
RomanceSinopsis Ser una chica mala puede ser tan bueno. Lo único que se precisa es al hombre adecuado. Durante el día, _____ Austen es una entregada trabajadora social. Por la noche sólo tiene un vicio: al oscurecer, espiaba a sus vecinos durante sus mome...