La búsqueda

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    Desde el primer encuentro del clan de hombre y el de mujeres, muchos de los varones quedaron marcados, y no solo con los innumerables moretones a lo largo de su cuerpo, si no también marcados de una forma que ni siquiera ellos lograban entender. Sentían que en su pecho algo estaba mal, Gray no dejaba de pensar en aquella mujer de cabellos azules que lo sometió, Laxus el hombre más fuerte, no lograba dejar de pensar en Erza, quien lo venció con apenas su presencia debido a la "maldición del hombre", y jamás nos detendríamos si nombráramos uno a uno, pero había alguien que estaba peor que el resto.

Gajeel, no podía sacarse de la cabeza a la hermosa y pequeña fémina que logró doblegar sus fuerzas pesé a lo baja que era, fue vencido totalmente antes su agilidad y velocidad... ahora se cuestionaba si utilizar un arma tan grande y pesada era del totalmente correcto.

Se estaba volviendo completamente loco, daba vueltas por la aldea con los brazos cruzados y un semblante molesto, ¿Cómo era posible que esa mujer llegara tan profundo en su mente?, se lo cuestionaba, le daba vueltas y vueltas en su cabeza sin encontrar respuesta clara o útil.

Luego de estar así todo el día, una vez el sol se escondió entre las montañas, tomó una decisión que creía errónea, pero que de todos modos deseaba hacer, estaba vuelto loco y la única solución que encontró era volver a verla.

Sin esperar al amanecer, salió en su búsqueda de la mujer, llevando consigo solo una antorcha y una lanza que le robo a Gray, pesé a ser un hombre bastante experimentado en batalla habían bestias peligrosas, y en la oscuridad era aún peor.

Camino sin detenerse, adentrándose al denso bosque que estaba cerca de la aldea.

En un principio recorrió los lugares conocidos sin obtener mayor resultado, pero aun así continuó con su búsqueda deseando encontrarla para calmar los pensamientos que arremetían en su mente.

Al llegar a uno de los lagos del bosque, pudo escuchar el sonido de la hierba moverse con sutileza, por lo que se puso alerta de inmediato ya que supuso que se trataba de algún animal.

Por algunos segundos hubo un profundo silencio, era el momento perfecto para atacar y él estaba consciente de ello.

—¡Serás mi comida!. —Con aquel grito se lanzó empuñando la lanza con fuerza, dando un muy certero golpe hacía el matorral del que se oía los movimientos.

Se escuchó un gran chillido para luego volver a unos segundos de total silencio, había asesinado a su presa y de eso estaba seguro, por el sonido que hizo el animal sabía que se trataba de un jabalí.

Espero algunos segundos más para luego saltar aquel matorral topándose con el jabalí ya muerto, tenía hambre y aprovecharía la laguna para limpiar la carne del animal.

Sin esperar comenzó con quitarle la piel utilizando la filosa lanza, mirando hacía alrededor de vez en cuando para asegurarse de que fuera el único ser vivo en el lugar.

Una vez se encargó del animal, busco unas cuantas ramas para crear una fogata, hizo el fuego aprovechando el filo de la lanza y una roca para crear la chispa que lo encendería, tardo un poco pero al fin y al cabo lo pudo hacer.

Tomó un gran piedra liza para colocarla en la mitad del fuego, utilizaría esta para asar la carne que comería, como el jabalí era grande no se creía capaz de devorarlo por completo, además le podría dar de comer a la fémina si esta lo requería.

Esperó un poco hasta que la piedra estuviera caliente para cortar un enorme trozo de carne, lo colocó en la piedra para luego recostarse en el césped mirando hacía arriba, pudiendo notar que posiblemente llovería, el cielo estaba completamente nublado ... de cierto modo se arrepentía de ni siquiera haber pensando antes de partir.

    — Esto tardará ...Será mejor dormir un poco antes que se ponga a llover ...— Soltó un pequeño bufido cerrando los ojos a la vez, tenía el sueño ligero así que no tardo mucho en quedarse completamente dormido.

No pasaron ni siquiera dos minutos cuando comenzaron a caer ligeras gotas desde el cielo,  lo que lo despertó de inmediato levantándose aun algo somnoliento. 

Volteó la mirada hacía los lados analizando la situación, recordando que a unos cuantos metros había a una pequeña cueva que le podría servir de refugio mientras se calmaba el clima ... aun que no tenía mucha esperanza, estaba acostumbrado a que lloviera días seguido.

Se acercó hasta la lanza para tomarla en la diestra, luego se aproximo hasta el jabalí para subirlo a su hombros izquierdo y sujetarlo con fuerza.

Corrió lo más rápido que pudo ya que estaba consiente que esto apenas empezaba, caían algunas pequeñas gotas pero el cielo estaba tan negro que no dudaba de que la intensidad aumentara. 

A los pocos metros del lugar, pudo divisar la pequeña cueva que sería su techo esta noche, en un principio no se dio cuenta, pero cuanto más se acercaba podía percatarse de que había una luz adentró de la cueva lo que supuso que era una fogata. 

Pensó en buscar otro lugar pero la lluvia estaba aumentando rápidamente de intensidad, así que no tuvo más opción que entrar a la cueva, llevándose una gran sorpresa.

Adentró estaba quien buscaba, la pequeña mujer de cabello azul claro, tenía el cuerpo seco por lo que supuso que llevaba un tiempo allí o al menos desde antes que comenzará a llover.

Levy aun no se daba cuenta, pero al sentir el pesó del jabalí caer al suelo volteó rápidamente la mirada hacía la entrada, reconociendo de inmediato el rostro de Gajeel.

— ¿¡Q-que demonios haces tú acá!?— Exclamó la fémina utilizando las manos para impulsarse hacía atrás, ya que estaba sentada el rededor de la fogata.

— Arranco de la lluvia, ¿Crees que me querría encontrar contigo?.— Respondió de inmediato, delatándose solo al agregar esa pequeña pregunta.

—   ¿Q-querías e-encontrarme?.—Preguntó continuando con los movimientos de manos para alejarse aun más, pero no fue mucho ya que se encontró de espaldas a la pared.

 — Te dije que no, Mujer ... Solo arrancó de la lluvia al igual que tú, ¿O me equivoco?.— Dejó la lanza apoyada en la pared de la cueva, tomando haciendo lo más cerca posible de la fogata.— ¿Tienes hambre?.— Volteó la mirada hacía ella sonriendo levemente, aun que no lo demostraba, estaba bastante alegre de haberla encontrado a tal solo algunas horas desde que comenzó su búsqueda.

 —Si ... Salí a cazar pero no tuve éxito ... Erza se enfadará ..—Bufó asintiendo con la cabeza, volviendo a acercarse hasta la fogata al ver que el no tenía malas intenciones. 

 — ¿Erza? ..Es esa mujer de cabello rojo, ¿No?...Laxus no deja de pensar en ella.— Comentó lo ultimo soltando una pequeña carcajada mientras separaba para tomar la lanza y cortar dos enormes trozos de carne.

— ¿Eh? .. Si, es ella ...— Prefirió no hacer ningún comentario con referente a Laxus, ya que de cierta manera temía que el lo pudiera tomar de mala forma.

Al igual que ne el bosque, tomó una piedra para colocarla en la fogata y luego poner la carne sobre esta para que así se asará. 

 —Mujer, tengo algo que preguntarte.— Volvió a sentarse pero esta vez más cerca, tomando sus manos con fuerza, lo que tomó con total sorpresa a la mujer quien ni siquiera reaccionó. 

— El idiota de Natsu se quedó con Lucy, y han tenido una muy buena relación ... tanto que anda presumiendo a todos ...¡No perderé contra el!.— Se acercó aun más a ella quedando a pocos centímetros de distancia.

— ¡Te llevaré a la aldea de los hombres y serás mi mujer! .... 


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⏰ Última actualización: Jul 08, 2016 ⏰

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