Parte 1

21 4 3
                                    


Estaba corriendo para alejarme de él lo más que podía, lamentablemente no era tan rápida. Me estaba siguiendo. No se le veía la cara, tenía el rostro oscuro por la capucha, estaba todo vestido de negro.

Si no me hubiera atrapado, en ese callejón oscuro, si no me hubiera ido a esa fiesta con mi mejor amiga, si le hubiera hecho caso a mi mamá, si no se hubiera prendido fuego esa fiesta, y ese hombre vestido de negro no me hubiera querido asesinar. No habría historia que contar, ya que mi vida era como contar la historia de un muerto y como se la pasa los años encerrado en un ataúd. No es que esto fuera emocionante y hubiera querida que pasara, si no que de verdad no habría nada que contar.

Y sí, me atrapó, en ese tenebroso callejón lleno de ratas, basura, y muy oscuro, es raro ahora para ustedes que tenga la oportunidad de contar esto, porque al final, el hombre con capucha negra logro lo que quería. Me asesino con un disparo en la cabeza. Pero no crean que esto, la muerte sea el final de mi historia, porque en realidad es el comienzo.

Sólo desperté en mi cama, calentita, y como la mayoría de mis noches son pesadillas sólo pensé que era una de ellas. Me levanté a mirar por la ventana, unos minutos. Ya que era sábado no tenía por qué apurarme a nada, en realidad, no lo hago nunca, siempre llego tarde a la escuela.

Estaba mirando y fue curioso, el señor Smith, mi vecino, se tropezó persiguiendo su perro que perseguía un gato.

Fue curioso porque en mi pesadilla, la mañana del día donde fue la fiesta había pasado exactamente lo mismo, hasta el señor estaba con la misma ropa, y nunca se lo ve repetirla. Pero eso no me importo mucho.

Baje por las escaleras para la cocina, donde sé que es el lugar donde siempre se encuentra mi mamá.

-Buen Día-

-Buen Día ma-

-¿Pasa algo?-

-Nada... Solo tuve una pesadilla-

-Muy bien, hablando de pesadillas, yo voy a tener una si vas a esa fiesta-

-¿Qué fiesta?-

-Esa! La que ibas a ir con Romina-

-¿Qué fiesta...? Ah!, ¿Sabes que ma? No voy a ir-

-¿En serio? Bien! Me alegro que por una vez hagas caso a tu madre.

-¿Por qué en realidad no queres que vaya?-

-Riley es una fiesta para mayores e iban a ir las dos solas, es muy peligroso, además, ya te dije, tenes que esperar a los dieciocho-

-Pero mamá, si solamente me faltan tres meses para los dieciocho-

-No importa, aun no los tenes, y vas a tener que esperar ¿Querés café?-

Yo accedí. Me levante y lleve el café a mi pieza. Otra curiosidad, la mañana de la pesadilla había tenido la misma conversación con mi mamá, estuve dudando un poco, pero no le di mucha importancia.

Después de estar una hora mirando la tele, cuando mama se fue a trabajar aproveche para poner música fuerte y bailar, es lo que hago cuando me quedo sola en casa, que eso pasa siempre porque trabaja mucho. Yo soy hija única, mi papá nos abandonó cuando yo cumplí los tres años, así que toda la vida fuimos solo las dos, pero la verdad no somos tan unidas.

Mientras bailaba empecé a saltar y choque contra el espejo que estaba colgado en la pared de mi pieza. Me caí, cundo me levanté estaba toda la pared llena de sangre, pero cuando llegue y abrí la canilla, mi mano estaba completamente curada, no tenía sangre, ni un corte. Corrí para limpiar el piso y juntar los pedazos de vidrio, pero cuando llegué a la pieza no había ni una gota de sangre, ni en el piso, ni en la pared, solo vidrio roto. Y ahí fue cuando de verdad me asuste.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora