Tentaciones - OneShot (Jikook)

Parte única

Todo el día había estado tentándome, mirándome de esa manera que me ponía loco y confundido. ¿Qué era lo que quería de mí en realidad? En serio estaba volviéndome loco. Esa forma en la que bailaba tan provocativamente, mirándome a través del gran espejo de la sala de ensayos. Había estado haciendo eso desde ya hace unas semanas, no entendía muy bien el por qué, pero todo eso terminaba siempre en mi baño, con mi mano en mi polla, haciéndome una muy buena y necesitada paja. Sí, era vergonzoso admitirlo, pero es que no podía controlarme, ese estúpido crio me ponía mal.

–Jiminie Hyung – me llamó– ¿bailé bien? –Me preguntó secándose el sudor de la frente, respirando con dificultad. Todos se encontraban tratando de recuperar el aliento y éste se me a cercó, un poco más cerca de lo normal para ser exactos.

–Siempre lo haces Jungkookie – Contesté tratando de no tenerle tan cerca, y retrocedí un poco. Volvió a acercarse.

–Tú también lo haces muy bien siempre Hyung –Se acercó más. Y no sé si el tono de su voz era sugerente o no, pero la forma en que me estaba mirando me estaba poniendo mal de nuevo.

–Seguro –le corté la conversación dirigiéndome a la puerta, no tomaría el elevador, tenía que despejar la mente, así que me dirigí a las escaleras de emergencia, casi nadie las usaba nunca.

Baje un piso, luego otro, podía sentir como me seguía muy de cerca. Era demasiado frustrante. Me detuve en seco y gire sobre mis talones para encontrarlo a solo un par de escalones tras de mí.

– ¿Qué sucede? – Pregunté un poco cabreado. Su mirada tan inocente no me ayudaba en nada, y menos me ayudaba cuando mordía su labio inferior de una manera que no sabría describir. ¿Tanta sensualidad en esa carita de conejito temeroso? Santo Dios, me iba a dar algo con este niño.

–Sólo quería saber a dónde ibas, ¿por qué no tomaste el ascensor Hyung? –Me preguntó poniéndose a mi altura en los escalones.

–Quería pensar –Contesté mirando hacia otro lado.

– ¿Pensar? ¿En qué? –Buscó mi mirada, bajando otro escalón y posicionándose frente a mí.

–Jungkook... –Lo miré fijamente.

–Hyung... –Me devolvió la mirada, curioso, con esos enormes ojos negros. Maldición.

No pude resistirme a tomarlo por los hombros y hacer que su espalda chocara en la pared. Mi torso muy pegado al suyo, sintiendo como su pecho subía y bajaba de forma acelerada, al igual que el mío. Su mirada curiosa, sus intensos ojos expresivos seguían penetrándome. Estúpido mocoso.

–Dime ahora niño, ¿qué estás tratando de hacer con esas insinuaciones? –Le pregunté con mi rostro muy cerca del suyo.

–Hyung, yo... ¿a qué te refieres? –Preguntó. Y encima de todo se hacía el extrañado.

– ¿Qué a qué me refiero? A la forma en que me miras últimamente, como si quisieras arrancarme la ropa con los ojos, la forma en que te mueves cuando sabes que yo te estoy viendo a través del espejo, seduciéndome, a eso me refiero. ¿Crees que soy ciego? O peor aún, ¿crees que soy de piedra a caso? –Le miraba fijamente a los ojos, a pesar de su altura se fue haciendo cada vez más y más pequeño ante mi mirada.

–Pero... Hyung hace lo mismo –se excusó desviando mi mirada, viendo hacia el suelo. ¿En serio yo lo veía de igual forma? ¿Pero, desde cuándo? ¿Tan obvio era? Es que, ¿qué me estaba haciendo este niño para desearle tanto?

– ¿En serio? – pregunté un poco ido, pensando en todas las veces que miraba a Jungkook, en lo adorable que se ve siempre y como a veces mi mente divagaba en las maneras de quitarle esa carita de niño inocentón.