Di que me amas, por favor (Editando) » COMPLETA

Parte 54: Blind.

Narra Angela:

Desaparecer. 

Es lo único que más deseo ahora: desaparecer.

—Y-Yo...

Las lágrimas aparecen en mis ojos, justo ahora, en la última escena. La más importante. No sé por qué no lo estoy haciendo, ni tampoco sé por qué me estoy dejando vencer frente a todas estas personas que me clavan la mirada, esperando a que haga algo.

Olvidé mi línea, y sé que mi último año no podría ser peor.

Cuando estoy a punto de abandonar el escenario, Ethan se acerca a mí rápidamente para sujetarme la mano e impedir que me vaya, lo cual, no estaba en el libreto. Lo miro con desconcierto.

—Amada mía, no llores. Nos hemos salvado —me toma de ambas manos—. ¡Nos hemos salvado, mi amor! ¡Estamos libres!

Esa era la línea que seguía...

—¡Libres al fin, Sebastian! Y, sé que a pesar de todo, estarás conmigo. El amor no es tan solo una ilusión; es un sentimiento, y es real. Tan real, que siento que mi corazón se detendrá en cualquier momento. Tan puro e inocente, que sé que Dios nos protegerá con su manto celestial. Somos libres como los pájaros que vuelan libres en el campo, sobre el hermoso y cálido césped. Cantaremos como niños, mi salvador. Reiremos, lloraremos, pero lo haremos juntos, sin gente que nos impida ser felices y nos llene de agonía el alma.

—Juntos, mi amada. Juntos seremos dueños del mundo. No hay cadenas que nos impidan la llegada al verdadero mundo. Ese, ese es el mundo que nos espera.

—¿No más mentiras, Sebastian? —digo con la voz entrecortada, sin dejar de llorar.

—Jamás. A partir de ahora, te prometo un futuro lleno de felicidad.

—¿Juntos?

—Juntos.

Luego, me da un fuerte abrazo. El corazón se me destruye una vez más, porque la gente no sabe por lo que estamos pasando. Los espectadores no saben del dolor que me da tener que abrazar a alguien que quiero y detesto tanto a la vez.

Al separarnos del abrazo, Ethan me sujeta de los hombros, impidiendo que me mueva.

¿Qué es lo que hace? ¡Tenemos que salir corriendo de la mano para que bajen el telón!

—Ethan, ¿qué haces? —susurro entre dientes.

—Perdóname, Angela. Lo único que he hecho bien en mi vida es quererte. Perdóname por esto... por todo.

—Ethan, no...

Sus labios chocan con los míos rápidamente, y es algo que no puedo impedir. Sus brazos rodean mi espalda, y el beso se intensifica todavía más. Me debilito simplemente, por aquel apasionado y caprichoso beso, que me llena de rabia y alegría a la vez.

Se oyen los sonoros aplausos de todos mientras bajan el telón. Quedamos en la oscuridad, y él todavía no aleja sus labios de los míos. Más saladas lágrimas salen de mis ojos.

—¡Déjame! —exclamo alejándome de él.

Sin pensarlo dos veces, le doy una fuerte bofetada en el rostro. Mi mano queda adolorida por el golpe, mientras que él, solo se sujeta el área afectada.

No podría estar más furiosa.

—¡Eres un idiota!

—Angela... yo solo...

—¡Tú nada! ¡¿Creías que me lanzaría a tus brazos porque me besaste frente a más de cien personas?! ¡Mi padre estaba ahí! ¡Me matará! —lloro desgarradoramente, sin dejar de gritarle—. ¡No debiste hacerlo! ¡No debiste!