La Boda | Ginny y Harry

Prólogo

Todo empezó hace un par de meses. Harry había organizado una romántica velada en un bonito restaurante para sorprender a Ginny, su novia.

-Te ves muy guapa hoy-. Le dijo Harry, mientras agarraba sus suaves manos.

-Gracias, -Ginny se sonrojó- tú también.

Un camarero apareció para tomarles nota. La tarde caía sobre la terraza del restaurante, se iba acercando el gran momento. Harry estaba algo nervioso, pero supuso que era normal.

-Ginny, ¿te acuerdas de la primera vez que nos vimos, cuando yo iba a entrar al andén 9¾ con Ron y tú estabas llorando porque querías entrar también?, o, ¿aquella vez en la sala común de Gryffindor, después del gran partido, o también, en la cámara de los secretos?-Harry le sonrió y Ginny asintió sonrojándose.

El camarero le pasó unas bonitas rosas rojas por debajo de la mesa a Harry. Y éste se las tendió a Ginny.

-Oh, Harry... Son preciosas, gracias. Te quiero.

-Yo también te quiero, pelirroja.

Los dos se fundieron en un tierno beso.

-Estoy muy feliz de tenerte aquí a mi lado, de que seas la luz que me ilumina, y siempre te querré pase lo que pase, ¿lo sabes, no?- comentó Harry, levantando a Ginny de la silla.

-Claro, que lo sé, bobo...-Ginny no sabía nada de lo que Harry tenía planeado, pero estaba muy nerviosa.

Llegó el momento, Harry se arrodilló frente a Ginny, le agarró una mano y sacó de su bolsillo un brillante anillo.

-Ginny,- le tendió el pequeño anillo a la altura de su temblorosa y suave mano-¿quieres casarte conmigo?

Allí estaban los dos, uno frente a otro, con la puesta de sol a sus espaldas, como una película.

-Harry...-Ginny casi no podía hablar, una leve lágrima cayó sobre su mejilla derecha-. Claro que sí, tonto, te quiero mucho.

Harry se levantó y al instante se vio envuelto en los brazos de su amada.
Por fin lo había hecho, se lo había pedido, y lo más importante, ella había aceptado.