Sabado sobrenatural

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     Fui al cuarto de Haruhí a ver como estaba. Aún tenía el rostro melancólico. No estaba tan comunicativa como siempre. Sin embargo comenzo a explicarme por que cometió aquel pequeño error en la fiesta.

     -La razón por la que inventé ese nombre, es por que al final creí que sería gracioso -trató de justificarse - Ni loca iba a decir Gatylloronas o Gatychillonas, puede que hubiera parecido gracioso, pero sin duda eso sería declararles la guerra.

     -¿La diplomacia es tan importante?- pregunté.

     -Sí, lo es -me respondió -la ultima vez que fuimos rivales del grupo de las Chimpacé -como las llama Daria- nos fue muy mal. No podíamos contra ellas. Aunque en esos tiempos, la diplomacia seguía "en pié" -hizo enfasis en el entrecomillado-, no dejaron de humillarnos de formas muy espantosas. Y esa es la razón por la que nos dieron esa sorpresa en el anfiteatro. Querían ver de que forma podían provocarnos, y si volvíamos a declararles guerra -la escuché con atención - Pero Daenarys no se dejaría llevar facilmente. Conozco su paciencia. La mía en cambio, se acaba rapidamente. Por eso creí que debía hacer algo, no podía dejarlo así.  Fue entonces cuando se me ocurrió el nombre de su "nuevo grupo". Mí intención era hacer que la gente se riera un poco. Pero nadie se lo tomó como broma, ni siquiera Daenarys. Ahí fue cuando me dí cuenta de que había metido la pata.

     -Lo lamento tanto Haruhí... -me limité a decir, para luego cambiar el tema -Umh... Oye ¿Que te parece si vamos a casa de Daria?

     -Estoy muy agotada por lo de ayer... y sin dudas desanimada por el asunto del anfiteatro. Me quedaré en casa hoy, aun tengo secuelas de la resaca.

     -Bien- resople - iré a comer algo en el comedor. Nos vemos cuando llegue.

     -Vale -respondió Haruhí volviendo a concentrarse en la TV.

     Bajé al comedor. Los Suzumiya todavia estaban sentados allí.

     -¿Haruhí no bajará? -me preguntó el señor Suzumiya.

     -No, se siente un poco mal -le respondí.

     -Sin duda es la resaca -se apresuró a decir el señor Suzumiya -esa chica no puede ir a una fiesta por que se bebe todo lo que sea etílico en la mesa. -Acto seguido se puso a gritarle algo en japones a las damas de servicio, quienes respondieron con un -!Jai!- fuera lo que fuere que significase, y salió una de ellas con una bandeja en la que había un cuenco de contenido desconocido y un vaso con un curioso liquido -al parecer un tipo de batido no muy apetitoso de color verde grisaceo- y subió por las escaleras. -Esa crema especial, junto con ese guarapo le harán bien, le aliviara esos sintomas de resaca.

     Desde abajo se podían oir los gritos que provenian de la habitación de Haruhí, discutiendo con la dama de servicio. Asentí con una sonrisa fingida.

     -Buen día -dijo Okada bajando de las escaleras agarrada de la mano con Mike. Al ver eso no se por que razón tragué fuerte.

     -Ohaio -respondió su padre con el periodico en las manos, acercandose para darle un besito en la frente a su hija.

     -Buen día -me dirigí a ambos carraspeando un poco. Okada me lanzó una sonrisa mientras Mike me dirigía otra, asintiendo con un gesto.

     Me daba algo de pena y verguenza estar allí esos momentos, asi que poco a poco fui apresurandome a terminar de comer.

     -¿Haruhí no se siente bien? -me preguntó Okada. Los gritos habían cesado. Al parecer Haruhí se había rendido y tomado aquel licuado extraño de contenido desconocido.

El chico de Ravenswood (Yaoi Crackfic-Crossover) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora