Encuentros inesperados (Harry Potter)

Londres

 Este fic one-shot participa en el Amigo Invisible de Dramioneras bitch!!

Dedicado a: Paulitah Días Cdz y para todas las Dramioners, pero en especial para ella.

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Londres

La vida nunca es sencilla, se nos complica el momento en el que decidimos si nos importa poco o mucho lo que dicen de nosotros, con respecto a nuestra forma de ser o nuestro aspecto personal, no lo nieguen, a pesar de que digamos que somos libres de las ataduras de los estereotipos, ninguna persona nos hemos salvado de preocuparnos por lo que llevamos puesto, por como luce nuestro cabello, o si la imagen que damos ante los demás es la adecuada, tal vez unos más que otros, pero todos, sin excepción, hemos caído en este tramposo juego de la sociedad.

Claro está que la cosa se complica cuando eres una figura pública, por las cámaras y los reporteros, cuando el mundo entero está viendo cómo vistes, donde vas, con quien estas, lo que comes; cuando todo, absolutamente todo, está sujeto al escrutinio público, y así, y aunque te repitas constantemente que no te importa, toda esa gente señalándote, juzgándote, o queriendo parecerse a ti, se convierten en una carga muy pesada.

Eso era exactamente lo que le estaba sucediendo a Hermione Granger, la segunda guerra mágica había acabado hace relativamente poco tiempo, unos 7 meses más o menos, pero la prensa y el mundo mágico entero quería seguir al pendiente de su magnífico Trío de Oro, Harry y Ron tenían una atención razonable, al ser chicos las preguntas, artículos y conversaciones se limitaban a darles las gracias, a preguntarles si tenían alguna relación y a preguntarles lo que querían hacer en un futuro, además de numerosas y muy bien remuneradas ofertas de empleo, en cambio para Hermione, al ser una chica, la gente no se conformó con eso, también tenían que preguntarle sobre el shampoo que usaba, los ingredientes de su poción humectante para la piel, como y cuanto se tardaba en realizar su make-up diario, si prefería las túnicas de Madame Malkin o las de Twilfitt y Tatting, sus consejos de belleza, en fin, por lo visto la gente estaba más interesada en saber con qué chico se le había visto a la señorita Granger, que sobre su ideología sobre la forma de vida de los elfos domésticos.

La situación con la prensa rosa había empezado desde esa vez en cuarto año en el que Rita Skeeter la había tomado en su contra y la había tachado de caza fortunas, años después eso había quedado opacado por la guerra, hasta que un mes después de ese fatídico Mayo, apareció el rumor de que los dos mejore amigos del niño que vivió había terminado su fugaz relación, pues los dos se había dado cuenta de que funcionaban mejor como amigos, desde ahí, los aprendices de Skeeter no habían tenido descanso, Hermione no se podía asomar en el callejón Diagon o en Hogsmeade sin que saliera un paparazzi tratando de llevar la ambicionada foto de la heroína con su nuevo amor.

Hermione procuraba salir lo menos posible del número 12 de Grimmauld Place, al no aún no poder localizar a sus padres y de considerar que su casa estaba un tanto deprimente con solo ella adentro, había accedido ante la petición de Harry de mudarse con él, Ron por su parte, seguía en la Madriguera; a la castaña le encantaba la casa Black, no solo por los vestigios de magia antigua que se podía sentir, sino porque al estar protegida por el encantamiento Fidelio era imposible que los encontraran, y más porque ahora a Maximov Chapman, el sustituto de Skeeter en el Profeta, le había dado por empezar el rumor de que "El elegido" engañaba a la hermana de su mejor amigo con la exnovia de este, que triste es que un hombre no pueda tener una bonita amistad con una mujer sin tener segundas intenciones, sin que los demás piensen lo peor.

Por esto y todas las anteriores razones los chicos no salían de la antigua casona, Kreacher se ocupaba de las compras y ellos podían estar tranquilos disfrutando de la mutua compañía, pero no hoy, faltaban pocos días para Navidad y Hermione aún no tenía los regalos para sus amigos, Harry le había dicho que podía enviar al elfo por lo que necesitara, pero eso era algo que ella consideraba demasiado flojo e impersonal, ¡típico de Harry Potter! mientras menos haga, ¡mejor para él!, después de meditarlo con la almohada la noche anterior, la castaña había decidido ir a comprar todo al Londres muggle, no quería encontrarse con esos periodistas cotillas, ni que la gente la estuviera deteniendo para pedirle una foto o que firmara sus calderos, ni tampoco quería arreglarse más de la cuenta, cuando solo iba por unos regalos, así que definitivamente esa era su mejor opción.