VI

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Apoyado en la ventana que reflejaba un día lluvioso, pasé imagen tras imagen en mi cámara profesional, hoy había estado teniendo una sesión hasta tarde y todavía no había mirado las fotos. Mi ceño se fruncía cada vez más, foto tras foto, analicé cada una y sentí mi sangre hervir... ese maldito.

Tomé mi celular y marqué el número del tipo que me hastiaba. A los tres tonos contestó.

—¡¿Acaso te caíste de tu cama al nacer?! ¡Porquería inmunda!—le grité al teléfono, o más bien a la persona del otro lado de la línea.

—¡Tsukki!—respondió feliz, espero lo atropelle un auto—. ¿No me digas que ya viste mi obra maestra?

—¿Obra maestra? Enserio eres estúpido, ahora voy a tener que rehacer las fotos de vuelta—le comenté con fastidio—. Y debido a tu "obra maestra" ya no tendrás sexo en lo que resta del año.

—¡Espera! ¡¿Qué?! ¡Eso es-!

Le corté y suspiré con cansancio; devolví mi mirada a la cámara, el estúpido de Kuroo aparecía detrás de todas las tomas, no tenía ni la más remota idea de cómo había logrado hacer eso.

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No hay mucho que decir, sólo que mi té es muy inspirador.

atte: Tsukkei

KuroTsuki; drabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora